Capítulo 28: Bienvenidos a Londres.

12.6K 765 18
                                    

Capítulo 28: Bienvenidos a Londres.

Me había costado demasiado tener que decirle a mi hermano que me iba con mi padre, no sabía que decirle. Por lo que decidí que era mejor decirle toda la verdad. Tengo que admitir que al principio no me creyó en lo absoluto, sin contar que preferí omitir ciertas cosas, como que mi madre me prostituye.

El resto se lo dije todo. Le dije que peleaba en torneos ilegales en el salón de Tony, le conté también que yo era Scarlet Port, como así también lo que iría a hacer con Sean en esa casa. Lo que más me costó contar fue decirle que Sean es sobrino de Tony Carlo, un gran traficante; jefe de la mafia Powca, nombre extraño pero que junta las dos familias los Powell y los Carlo.

A Ashton no le molesto que yo me fuese con Powell, ya que desde hace un tiempo que él viene insistiendo que yo terminaría con él, cosa que veo probable luego de lo que vino sucediendo en estas últimas dos semanas desde la conversación con Tony.

Los chicos, Kyle, Mike, Aaron; en estos últimos días están un poco nerviosos e incluso muy raros. Sean me contó que era normal, que estaban así por un extraño entrenamiento que les estaban haciendo para que el día de la entrega todo salga perfecto.

Bueno, si quieren saber qué es lo que estuvo pasando conmigo y con Sean en estas últimas dos semanas, se los diré. Nos besamos nuevamente. Listo lo dije. Lo que género que él por su parte se pusiera más cercano, se podría decir.

-Listo- pronuncio Sean, sacándome de mis pensamientos-: Ya tu padre esta avisado que yo voy para allá hoy mismo.

-Ya sé, ya sé, luego de que hayamos llegado a Londres, me quedare dos días en un hotel y recién iré con él.

-Yo me ofreceré para enseñarte y esas cosas- dijo tomándome de la cintura, dejándonos a unos cuantos centímetros-: Aunque también me ofrezco a besarte.

Y eso hizo. Me beso lento, con cuidado. Su lengua peleaba con la mía, pero sin que fuera un beso salido de control.

Sonrió sobre mis labios y se separó ligeramente para tomar nuestras maletas. Al alzarlas sus venas sobre saltaron de su brazo, cosa que amo de un chico, lo cual lo volvía completamente atractivo. Relamí mi labio superior para luego sacudir mi cabeza para quitar tan bella imagen para no quedar como una completa necesitada caliente.

Tomé el equipaje de mano, un pequeño bolso, donde me dedique a meter un libro que hacía poco había comenzado a leer y una consola portátil de juegos para Sean. Viajar con él, es como viajar con un hijo, tienes que llevar cosas para que no se ponga insoportable en el camino. Cosa para lo cual ya estoy preparada.

Nos encontrábamos frente a la entrada del aeropuerto, lugar que para decir verdad hoy desbordaba de gente; las personas circulaban por todo el lugar. Algunos corrían, otros parecían estar alborotados y confundidos, como así también había de los que estaban apurados como también los que estaban tranquilos tomando un café.

Nuestro vuelo fue anunciado como el 503 a Londres. Sean ya había llevado las maletas para que las cargaran en la bodega del avión. Mi corazón latía cada vez más rápido por los malditos nervios, los cuales consumían cada parte de mi cuerpo; sencillamente era un completo manojo de nervios.

Me senté en el medio mientras que Sean se sentó contra la ventanilla y un señor con una forma de actuar bastante extraña se sentó a mi otro lado, por esta misma razón me acerque más a Sean. Este me miró mientras una cálida sonrisa se asomaba por su rostro.

Mi mano busco su cálida mano pero no la encontró. Este último tiempo llegue a preguntarme si realmente valía la pena enamorarse de Sean Powell, el chico agresivo o el mafioso, en cualquiera que fuese su etapa, no lo conocía al %100. Con esto que me aseguraba que él no fuera nada de lo que aparenta ser.

Sentí mi cuerpo tensarse al mismo minuto que el avión levanto vuelo, nos encontrábamos un poco más atrás del ala derecha del avión, donde gratamente la vista se volvía perfecta. Los campos se comenzaban a ver a la distancia, al igual que pequeñas manchas refiriéndose a algunos lagos a los cuales quizá nunca he ido.

Por un segundo se me pasó por la mente todas esas cosas que nunca hice, a tal punto de hacerme pensar que no estaba aprovechando de mi vida. Sé que no tuve un buen pasado, pero hay tantas personas enfermas, algunas con enfermedades mortales o incurables, y yo aquí sin nada que yo sepa en mi cuerpo. Hay personas que les falta una extremidad y yo sin embargo las tengo a todas; es por eso que no estoy aprovechando mi vida, hay tantas cosas por hacer, hasta la misma idea de ayudar a personas con las cosas anteriores es un buen comienzo.

El avión aterrizó en la larga pista situada en algún punto en las afueras de la hermosa ciudad. El clima a pesar de estar demasiado húmedo era cálido y perfecto. Sean se encontraba a mi lado mientras nos adentrábamos en un taxi con las maletas en el porta equipaje del automóvil.

Londres parecía estar más activo que nunca, bueno no he venido nunca, pero me lo imaginaba menos activo e incluso más sofisticado con las típicas damas inglesas con sus perros de raza y su vestuario sumamente elegante. Pero no era tan así, los autobuses rojos pasaban a nuestros lados mientras nos adentrábamos en la bonita ciudad, los taxis negros con su estilo antiguo relucían más de lo que me esperaba. La gente con sus elegantes trajes y portafolios se manejaban de aquí para allá, los niños con sus bonitos uniformes y mochilas colgadas en su espaldas, todo parecía marchar lento pero al mismo tiempo tan rápido.

Eso es porque algunos "infinitos son más grandes que otros infinitos" John Green.

Descubriendo a Sean Powell [DSP#1] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora