Capítulo 35: Construcciones y algo más.

10.3K 714 12
                                    

Capítulo 35: Construcciones y algo más.

Disfruten los últimos capítulos porque la historia va acabando :)

Como mi padre había dicho una molesta construcción comenzó a efectuarse luego del tercer piso, dando un nuevo cuarto piso. Los ruidos eran absurdamente molestos y eso que yo me encontraba en el primer piso, pobres los que están en el tercer piso.

Tome una corta ducha, volviéndome a colocar el gel de baño de Kendall, y usando mi encantadora crema para el cabello con olor a fresa. Me coloque ropa de entrenamiento y baje por mi desayuno a la cocina. Nada como un buen tazón de cereales a estas horas tempranas de la mañana.

Una vez terminado mi desayuno, salí al patio trasero en busca de una especie de aventura, a decir verdad, era un patio preciosísimo con muchas flores y arbustos bien cuidados, se extendía más allá de la bonita piscina con cascada. Tenía un establo, con su campo de práctica a un costado. También había un polígono donde me dirigía para poder tirar un rato.

El polígono estaba un poco vacío pero nada importante, unos cuantos tiradores y Zeth el cual trate de evitar desde el último encuentro que tuvimos. Posicionándome en uno de los espacios, me coloque unos protectores para los ojos y unos auriculares muy gruesos. Tome una Glock-17 una de las más buenas de las que se encontraban en la mesa. La sostuve en mi mano derecha y apunte al blanco. La imagen de Sean se cruzó en mi mente haciendo que dispare pensando que era a él al que disparaba; un buen tiro, directo en la cabeza.

Luego de un rato disparando, sentí la urgencia de correr a un baño. ¡Mierda! Me había venido la regla, dios que horror. Estaba con la regla y sola en un baño de un polígono de tiro. Suspire y me coloque de pie. Como si mi vida dependiese de ello corrí por la mansión hasta llegar a mi habitación.

Una vez cambiada baje distraídamente al comedor donde todos parecían estar llegando para recibir el almuerzo. Muchos de los pocos encargados y empleados de mi padre -no todos, solo los más importantes- se sentaban en nuestra mesa a compartir una comida con nosotros.

Sirvieron salmón ahumado con verduras salteadas, acompañado de una salsa de champiñones. Delicioso. Todos se mostraron gustosos ante la magnífica comida. Me llamo la atención que Sean ni Carol se encontraran en la mesa. Entonces mi corazón se hundió, de seguro estaban juntos quizá están teniendo sexo o quizá en una cita romántica. Me removí inquieta en mi asiento. Estos pensamientos no me estaban haciendo bien.

Cuando terminamos de almorzar cada uno se retiró para continuar con sus labores. Me pare encarando a mi padre que se encontraba ya en su oficina, entré sin pedir permiso topándome con él acomodando unos papeles en carpetas de colores. Sonreí falsamente.

¿A dónde había llegado mi vida? ¿Realmente yo estaba en la casa del hombre que me golpeaba? Sí, tenía una madre que era una completa perra y un padre que hasta hace unos meses me golpeaba; personalmente prefiero a mi padre, él me golpeaba pero no me obligaba a prostituirme ni me cortaba dejándome alguna que otra cicatriz.

-¿Sky, qué necesitas?- preguntó despegando un segundo la vista de los papeles.

-Quiero una moto nueva- dije segura quería algo en lo que pudiera transportarme.

-Bien- volvió a sacar la vista de los papeles, está vez posándola en mí por unos largos segundos, como si estuviera debatiendo consigo mismo-; tardaré unos días en hacer el pedido hasta que me la traigan mientras puedes usar un auto de los míos.

Asentí y me retire de la oficina. Había actuado como una completa perra pero se lo merecía, en cierto punto no lo había perdonado por haberme golpeado y quizá está era mi forma de darle una pequeña venganza que no serviría de nada.

En mi camino por el pasillo de las habitaciones me topé con Sean, quien tenía una sonrisa ligera en su rostro que se desvaneció al verme, un brillo en sus ojos lo delataban al igual que su facha de post- coito. Mi corazón una vez más se hundió en su jaula, no le daría el gusto de verme decaída, me acerque a él con paso seguro.

-Espero que mi prima te satisfaga- escupí con asco. Él se quedó atónito ante mi exclamación.

-Sky...- susurro mientras yo seguía mi camino a mi habitación. Adentrándome a mi habitación intente cerrar la puerta pero no fui lo suficientemente rápida ya que él entró-. Escúchame.

-No- exclame con odio-, No quiero escuchar la mierda que tengas por decirme, no quiero escucharte, no quiero verte; me haces mal- las lágrimas picaban mis ojos.

Me atrajo a él, llenándome en un abrazo. Aspire su olor a gel de ducha y colonia. No, estaba siendo débil. Me había ilusionado muy rápido, con sus estúpidas palabras, ya no quería escucharlas. No quería que mi corazón volviera a desvanecerse. Me había ilusionado con Sean incluso llegue a pensar en un futuro como pareja. Y luego Londres, aquí todo se fue a la cañería. Mis esperanzas fueron escupidas por una mujer diez años mayor que yo.

-Lo lamento- murmuro contra mi cabello-, lamento hacerte pasar por esto pero aquí tengo una vida muy diferente a la que yo, Sean, acostumbro. Aquí ella...- lo interrumpí alejándome de su pecho con un rastro de ira en mi cuerpo.

-Aquí ella es una maldita perra que sale con un chico diez años menor que ella. Aquí ella hizo que gran parte de mi corazón se desvaneciera- dije seca-. ¿Quién mierda te crees? ¿Acaso alguna vez pensaste que quizá con toda esas estupideces que de que era tuya, de esos besos inesperados, de esos celos, me estarían causando efecto? ¿Por qué mierda me hiciste pensar en esperanzas? ¿Por qué mierda dijiste que era tuya, si ahora me alejas y me abandonas?- grite, la ira me había colapsado.

-Yo...- volví a interrumpirlo.

-Tú nada. Vete de aquí, ahora- una lágrima cruzo por mi mejilla-. Vete- grite-, déjame sola por favor.

Sus labios chocaron contra los míos de una manera tan única. Su sabor dulzón llegó a todo mi cuerpo. Sus manos por mi espalda me apegaba más a él y mis manos en su cuello hacían el mismo trabajo que las suyas. Con aun las lágrimas rodando por mis mejillas correspondí el beso. Su lengua se aventuró a pelear con la mía. Tomándome por el trasero hizo que subiera mis piernas rodeando su cintura. Esto estaba muy mal, realmente mal, y me encantaba.

Arrojándome a mi cama continuó besándome. Con mis manos en su pecho lo separe de mí. Sus ojos brillaban analizándome, mis mejillas sonrojadas delataban el calor que ambos sentíamos, recorrí su cuerpo con la mirada. Un chico muy atractivo. Siguió con sus besos en mi cuello, jadee.

-Para- susurré con el único rastro de cordura que me quedaba-. Por favor para- él me miro incrédulo.

-Lo lamento- murmuro intentando colocarse de pie lo detuve con mis manos en sus musculosos bíceps.

-Solo quiero escucharlo de tu boca y te dejare ir- dije y un silencio se extendió por toda la habitación-, dime que no me quieres y seguiré con mi vida.

-Sky... yo- susurro haciendo una pausa. Sus ojos seguían escaneando mi expresión. Nuestras respiraciones aún estaban algo agitadas-. Yo... te quiero. No puedo dejarte ir pero tampoco puedo pedirte que estés a mi lado, es peligroso.

-Tú eres peligroso y aun así yo también te quiero- suspiro.

-Es diferente.

-No, no lo es- exclame-, quiero intentarlo.

-Yo no quiero correr el riesgo.

-Me gustan los riesgos- susurre pero él se colocó nuevamente de pie.

-No puedo, no puedo exponerte, no puedo exponerme a mí ni a mi familia- susurro y cerró ligeramente sus ojos como si hubiera dicho algo que no quisiera mencionar. Salió de la habitación arreglándose la ropa. Solloce en silencio. Tan bipolares podíamos llegar a ser, hace una hora me sentía decepcionada y lo quería lejos de mí; y ahora hace tan solo minutos le estaba pidiendo que lo intentáramos. Tan mal estaba, tan necesitada de él estaba para regatear su amor. No, tomó la decisión correcta dejarme ir. Yo tenía que progresar, continuar con mi vida, olvidarme de esté estúpido romance. Quizá después de todo era lo correcto.


Descubriendo a Sean Powell [DSP#1] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora