Capítulo 30: El chico del ascensor.

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Mil perdones por la tardanza... les seré lo más sincera posible me la he pasado todos estos días de fiesta en fiesta, emborrachándome y entre otras cosas. Así que ahora me comprometo a ser más puntual.


Capítulo 30: El chico del ascensor.


Le observe bajar las pequeñas escaleras de la entrada rápidamente, me quede allí por algunos segundos, los suficientes para que Sean ya se encontrara dentro de un porche negro. Baje lo más rápido que pude las escaleras, para luego adentrarme en el automóvil.

-Detesto que te comportes así- dije frustrada mientras cruzaba mis brazos alrededor de mi pecho.

-¿Así cómo?- me miro frunciendo su ceño.

-Odio a este nuevo tú, odio tu actitud aquí- su rostro no mostraba expresión alguna pero soy lo bastante consiente de que la verdad es que estaba procesando lo que había dicho para poder decirme una respuesta coherente.

-Sky, lamento tratarte así- colocó su mano en mi mejilla-: Lamento mi actitud frívola pero es que no hay otra opción tu padre no puede sospechar de nada.

-No me interesa mi padre.

-Pero a mí si- quitó su mano de mi mejilla, para luego colocar su vista hacia adelante-: Lo que tú quieres es que te bese, pero eso no sucederá, no aquí; él tiene cámaras en todos los lugares- me dejó sin respuesta, por más que quiera negarlo no puedo, realmente quiero que él me bese pero quizá él tenga razón en lo que dice.

Arrancó el automóvil alejándonos de la gran casa. Las cuadras pasaban, pero nada en ellas llamaba mucho mi atención, las personas lucían más apagadas y actuaban todas robotizadas, como si alguien las estuviera manejando. Sean aparcó frente al hotel, pero no se bajó del auto, solo permaneció allí mirándome.

-Pero aquí no puede vernos- y así fue como Sean Powell me dejaba nuevamente sin palabras, confundida y sorprendida por su actitud, él me beso. Sus labios son suaves podía jurar que estaría en problemas si ellos fueran un delito. Mis manos estaban una en su mejilla y la otra en su cuello, mientras que las suyas se encontraban en mi cintura, un poco incomodas por el espacio y por el poco movimiento que permite un automóvil.

Nuestros labios se separaron pero no nuestras frentes, dejándonos caer en el silencio a pesar de nuestra respiración algo agitada. Solté una pequeña risa que no pude contener, el momento la permitía pero de todas formas sentía que había arruinado el momento. Sean cerró sus ojos soltando un gran suspiro.

Ambos bajamos del automóvil y nos adentramos al hotel, el recepcionista se encontraba en su lugar discutiendo con el cartero cosa que me pareció un poco patético de parte de los dos. El ascensor en su escalada lo único que hacía era chirriar y crujir. Las maletas estaban preparadas, tal cual las había dejado hoy en la mañana para ahorrarme tiempo en un caso como este.

Sean tomó las maletas color azul marino haciendo que sus venas se marcasen lo suficiente como para que una persona como yo me deleite con sus brazos masculinos. Él bajo primero por el ascensor con las dos maletas que traía cosa que la verdad no me molesto, ni tampoco digamos que me importara, todo sea para que el inservible ascensor pudiera seguir andando unos años más.

El ascensor abrió sus puertas unos segundos luego de que estuviera en mi piso. Un chico, de cabello un poco largo y castaño, se encontraba frente a mí con sus ojos acules claros clavados en mi mirada. Por alguna razón me pareció conocido, aunque su manera de vestir algo sombría o gótica lo hacía ver atractivo y a la vez completamente intimidante. Sonrió de lado avanzando unos pequeños pasos quedando a un paso de mí, era bastante alto, una o dos cabezas más alto que yo. Le devolví la sonrisa mientras el silencio reinaba en el pasillo.

Descubriendo a Sean Powell [DSP#1] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora