Capítulo 1: Nuevos cambios.

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CAPÍTULO 1: Nuevos cambios.

Gracias por quedarse y leer :)

Cerrar los ojos no fue suficiente, el bullicio provocado por mi madre golpeando la puerta era incesante. Empuje la almohada de mi rostro, levantándome aturdida a pesar de que los ruidos hayan cesado.

-Ya me levante- grite haciendo que los densos ruidos cesaran.

Me metí en el baño y encendí la ducha, las gotas de agua helada caían no era el momento indicado para meterme aun. Me observe detenidamente pero no evite llevar mi mano a mi hinchada mandíbula.

Recordar los incidentes, que hacen ya un par de años, atormentan nuestra familia, hizo que un nudo se formara en mi garganta. Me deshice de mi ropa y me metí en la ducha. Unos 20 minutos más tarde había terminado de bañarme. Me coloque unos shorts tiro alto de jean azul, una camiseta blanca con una calavera y unas vans negras.

De por sí, deje mi cabello rubio suelto pero antes lo seque levemente para que no chorreara. Me encamine por las escaleras, tropezando en el último escalón cayendo directamente al piso. La risa de Kendall inundo mis oídos, seguro que me vio caerme; me pare como pude dirigiéndole una mirada asesina a la cosa morbosa hecha llamar mi hermano.

Aun no comprendía muy bien porque estaba tan feliz, supuse que él aun no lo sabía; había salido anoche con sus amigos a quien sabe dónde y se perdió el espectáculo. Me dirigí a la cocina, a donde Kendall se dirigía.

Serví en una taza un poco de café y lo coloque frente a Kendall quien aún conservaba el tono burlón en su rostro.

Kendall tiene 18 años, su cabello castaño claro y sus ojos celestes, un cuerpo bien marcado, y la sonrisa encantadora de niño playboy.

-Debemos hablar- pronuncie en tono serio.

-Creo lo mismo- divago un poco con sus palabras, aunque, no perdió su seriedad en ninguna de ellas-¿Llego el momento verdad?-

Asentí. En esos momentos, no me incomodaba tanto tener que hablar con mi hermano, lo que más me preocupaba era esconder el moretón en la corta distancia.

-Mamá ya encontró una casa en California- se lo veía triste y de cierta forma no me agrada la idea de verlo de tal manera-: Sé que no quieres irte, solo recuerda que no está tan lejos. Puedes venir en el verano y quedarte en casa de alguno de tus amigos- asintió de mala gana.

-¿Qué tienes allí?- quito la mano de mi mandíbula dejando al descubierto el golpe -: ¿Te golpeo? Dímelo- exigió con un tono amenazante.

-No fue por el golpe de recién- mentí.

-A mí no me engañas- golpeo la mesa-: ese infeliz- grito.

-A pesar de eso es nuestro padre- lo defendí pero sabía que igual no calmaría la furia de mi hermano.

-No puedo permitir que ese maldito idiota te vuelva a tocar- dijo ya un poco más calmado mientras me miraba a los ojos, intente decir algo pero no me dejo tiempo por lo que calle-: Tienes 17 años, eres mi hermanita no puedo perdonármelo- sus ojos y mis ojos se aguaron.

-Tú no tienes la culpa- asintió de mala gana-: Tú no lo sabías no te culpes.

-Es que yo creí que ya hacía dos meses que todo había vuelto a la normalidad-negué profundamente.

-Todos los días es lo mismo- sus ojos se tornaron azul oscuro, dirigí mí vista a su puño que marcaba los nudillos blancos por la furia-: Pero hoy se termina todo lo sabes.

-Es un psicópata-golpeo la mesa.

-Piénsalo de esta forma hoy todo terminara.

-Eso espero- sabia a lo que se refería, pero no me dio tiempo a contestarle que ya se había marchado de la habitación.

Mi padre un empresario reconocido, más o menos, porque no tenemos mucho dinero. Sus ojos cafés y el cabello rubio son todo lo digno que posee además de una buena figura. Porque en todo lo que lo compete es un ser vil, asqueroso, que algún día me orgulleció llamarlo padre; pero ahora todo lo contrario, me da asco decir que es mi padre.

Él durante mi infancia nunca fue malo conmigo, nunca me maltrato e incluso hasta era un padre cariñoso. Pero un día todo cambio.

FLASHBACK.

Cuando llegue a casa mi madre preparaba la cena, como siempre pero esta vez era diferente; mi padre se encontraba sentado en la mesa gritándole a mi madre. La razón no la entendía en ese entonces; solo le gritaba porque no estaba la mesa preparada ni la comida servida.

Kendall y yo estábamos en completo silencio sentados en nuestros lugares en la mesa, no podíamos creer que la había abofeteado. Una lágrima se escapó de mis ojos, no podía soportar ver a mi madre ser golpeada; el llevo su mirada hacia mí, pero solo se paró dirigiéndose a mi lado de la mesa. Me abofeteo una y otra vez, hasta que Kendall se interpuso.

-No la toques- grito. Pero sus brazos poco musculosos de 15 años, no podían seguir reteniéndolo.

-Suéltame mocoso- lo empujo y volvió a golpearme.

Todo se volvió negro a mi alrededor, las voces y los gritos se desvanecían; en lo único que podía pensar era en que todo ya había acabado, en que me encontraba en mi lugar feliz.

Luego de eso todas las noches siguieron siendo iguales hasta el día de hoy.

FIN FLASHBACK.

Junte los trastos sucios y los deje en la fregadera; para luego comenzar a lavarlos, siempre me ocupaba de ello. Luego de limpiar toda la cocina, me fui directamente a mi habitación, donde aguarde que mi madre me avisara que venía por nosotros.

El mensaje llego pasadas las 12:30, Kendall había salido a terminar de despedirse de sus amigos del barrio. Salí de mi habitación apenas sentí el claxon sonar desde afuera; tome mi maleta y unas cuantas cajas con mis cosas dirigiéndome a guardarlas. Poco a poco fuimos llenando el auto con nuestras cosas, ahora solo quedaba esperar a que Kendall llegara.

Kendall llego a los pocos minutos algo deprimido. Mi madre subió al auto, se notaba su reciente nerviosismo porque casi era la hora en la que mi padre llegaba del trabajo. Kendall intento salir de casa pero lo detuve con mi mano.

-Quédate quieto- tomando el aromatizante de ambiente, que estaba en la entrada, le rocié un poco a la altura de su pecho y de su cuello.

-¿Pero qué haces?- se quejó.

-Si vas a fumar percátate del olor a humo que traes- sus ojos se abrieron sorprendidos -Y más si estuviste bebiendo- solté una risita y salí de la casa con él pisándome los talones.

Había subido al auto, con un poco de nostalgia. El auto arranco alejándonos de aquel barrio; que nos vio crecer, como también nos vio decaer hasta llegar al punto donde hoy nos encontramos.

Nota de autora:

Hola preciosuras espero que les haya gustado mi novela, bueno el primer capitulo, si esta novela les gusta la continuare lo antes posible pero para eso necesito que voten y comenten seguido. Disfrute escribiendola asi que espero que ustedes la disfruten tanto como yo.

A ser sincera la novela es aburrida los dos o tres primeros capitulos a mi consideracion con el cuarto en adelante las cosas se van poniendo mas interesantes asi que espero que continuen leyendo.

Ari.

Descubriendo a Sean Powell [DSP#1] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora