Hope dejo de caminar.
- Vamos, tú no puedes estar aquí -. Habló Ekko cuando noto que dejo de avanzar.
Hope no le miro, se dio la vuelta y decidió seguir explorando el edificó, ella no pensaba quedarse al lado de una persona tan grosera, preferiría volver a perderse y acabar de nuevo en la calle de los burdeles a estar con él.
- ¿A dónde vas? -. Pregunto con poco molesto.
Hope siguió sin hablar.
Ekko no entendía su comportamiento tan infantil, así que dejo de insistir y prefirió dejarla a su suerte.
Bueno eso lo que pensaba hacer, pero antes de irse lejos una versión fantasmal de Powder apareció delante de él, sabía que era falso. Desde que murió su amiga, empezó a estar rodeado de esas versiones de ella.
El fantasma joven de su amiga le miro feo, como si quisiera regañarlo.
- Ya lo sé -. Se dijo a él mismo.
Se dio la vuelta y busco a la chica de ojos rosas.
La volvió a encontrar en el antiguo despacho de Silco, un lugar que seguro antes era toda una habitación perfecta para sus reuniones y trabajos, pero ahora solo era una habitación vacía llena de tierra, polvo y tela arañas.
Hope estaba mirando las vistas desde esa habitación.
Ekko se acercó para hablar con ella, lo que no se espero era ver ese rostro. Se le notaba triste y melancólica, como si recordara el pasado.
- ¿Estas bien? -. Le pregunto sin dejar de ver su rostro.
- No lo sé -. Hope no sabía que sentía en ese lugar, una parte de ella estaba en paz, como si el tiempo se hubiera detenido, como si estuviera en el lugar mas seguro del universo. Se sentía como si estuviera en casa, y al mismo tiempo eso le provocaba tristeza, había algo en esas emociones que le decía que ya nunca más se sentirá así en otro sitio.
Ekko no hizo más preguntas, miro las vistas de la ventana mientras se preguntaba cuántas cosas había vivido ahí Jinx, como estaba ella en ese despacho, se preguntaba de que hablaba con Silco.
No podía imaginar a Silco teniendo charlas con Jinx sobre las cosas típicas que se hablan los padres e hijos, aunque seguro Jinx era feliz con cualquier conversación.
Miro arriba y vio unos tablones muy curiosos, parecía que ahí arriba se escondía alguien. Siguió mirando fijamente hasta que observo que en el techo estaban sus dibujos, se notaba tanto que eran suyos porque nadie dibujaba igual, ella tenía un toque artístico que nadie más en Zaun decidió imitar.
- ¿Que miras? -. Hablo Hope.
Ekko se altero, de alguna forma no quería que Hope mirara los dibujos, no le daba buena espina.
- Nada, solo pensaba que este sitió antes era más limpio.
Salió del lugar mientras hacía una seña a Hope para que le siguiera, ella decidió hacerlo pero antes de ir, miro al techo pero no encontró nada, solo unos tablones y antes de que se diera cuenta de los dibujos Ekko la llamo.
Mientras caminaban por las calles oscuras de Zaun, Hope se hizo un rasguño en el hombro con un clavo que sobre salía de un puesto de comida rápida.
Se toco el hombro y noto que le salía un poco de sangre, de ese color que solo ella y su familia sabía. Lo oculto con la mano, y espero a que se curara solo.
Nunca hizo preguntas sobre porque su familia lo mantenía en secreto, tampoco es que le hiciera falta. Su instinto ya le advertía que no era algo normal en ella.
- ¿Que te pasa? -. Pregunto a Ekko al ver que Hope se agarra el hombro.
- Nada -. Dijo mientras dejaba de ocultar su hombro mostrando que ahí no había ninguna herida, Ekko no se lo creyó del todo y decidió mirar las cosas de su alrededor.
Observo la pared de la derecho y vio que había un clavo la punta machada de color rosa, no le dio importancia mientras pensaba que solo era pintura.
O al menos no quería pensar más, le dolía el pecho de tan solo estar cerca de Hope. Y es que al final de todo ella es su copia, bueno solo una parte.
Quiere conocerla más, no ser tan bruto con sus palabras y tratarla bien, abrirle un camino donde puedan ser amigos... pero al mismo tiempo quiere correr de ahí, abandonarla y no saber más de ella.
El solo hecho de oír su voz le eriza la piel, porque en el fondo quiere que sea su amiga aunque solo sea un segundo, un minuto en el que sus ojos dejan de ser rosas a azules, donde pueda volver a ver la típica sonrisa de su amiga.
Sabe que Hope no tiene la culpa de parecerse a su amiga, y que no debería pagar con ella sus frustraciones y toda la rabia que siente por él mismo al no poder salvar a su amiga, pero aun así lo hace.
Vuelve a sentir la mirada del fantasma de su amiga, pero ya no era la mirada enfada de la pequeña Powder, sino un mirada juguetona de Jinx. Una mirada juguetona, desafiante y a la vez con cierta satisfacción.
"¿Tanto no hechas de menos?"
Hablo aquel fantasma.
Ekko no respondió y solo se quedo callado mientras Jinx soltaba peñas risas.
Cuando llegaron al puente Ekko se iba a despedir para irse rápido de su lado, pero Hope no le dejo irse porque quería saber algo.
- ¿Como te llamas? -. Ekko no quería responder, pero como si sus ojos fueran un hechizo o una maldición, se dejo llevar y respondió.
- Ekko.
Hope sonrió y empezó a caminar hacía Piltover, se detuvo después de tres pasos se dio la vuelta y miro a Ekko a los ojos.
- Ekko -. Él la miro perplejo -. Te veo la próxima vez. Adios Ekko.
Cuando vio que Hope ya estaba lejos de él, se dio la vuelta camino hacía unos callejones vacíos donde pudiera llorar en silencio.
Escuchar a Hope decir su nombre le rompió el alma, por poco iba a correr abrazarla. Por poco cae en ese espejismo que le creó su cerebro, por poco cree que su amada amiga le llamaba.
"Adios Ekko"
Por poco iba a decir "Adios Jinx".
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Hope
FanfictionTres años. Jinx murío hace tres años, ella murio junto con su padre. Porque si se iba uno, se iban los dos. Ekko está arrepentido de no haber intentado ayudar a su vieja a amiga de la infancia, y eso le come por dentro a pesar de que ahora Zaun es u...