🍁 Capitulo Quince🍁

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Amy

Azoto la espalda de Jake contra la puerta de su habitación. Sus labios consumen los míos; lame, chupa y muerde a su antojo.

Intenta sacar el vestido de mi cuerpo. Pero se le dificulta por lo mojado del mismo, rio cuando maldice.

—Creo que ya no me gusta tanto la idea del vestido. —alzo una ceja, rueda los ojos. Saca mi vestido por fin de mi cuerpo— No tanto. Estoy a favor de que lo lleves, porque se te ve precioso.

Como señal de que ya no quiere hablar más, va a por mí cuello, deleitándose con él. Pasa sus manos al broche de mi sujetador, intentando abrirlo, pero se le dificulta. Suelto risitas en el proceso y Jake termina rompiendo el broche.

—Au, eso dolió, pecas. —hago un puchero que Jake se encarga de borrar cuando succiona mi pezón.

Mis pechos son la parte más sensible de mi cuerpo y Jake lo sabe. Y que bien que lo sabe...

—Jake...—gimo cuando toma entre sus dientes mi pezón y hace a un lado mis bragas para rozar mis labios vaginales con sus dedos.

Masajea mi clítoris en pequeños círculos por algunos segundos y después vuelve a provocarme; rozando mis labios vaginales. Así, una y otra vez. Gruño cuando su mano deja de tocarme y pasa su mano a mi muslo, lo toma en su mano haciendo que me gire hasta estar apoyada en la puerta.

Toma mi cuello en su mano y susurra: —Vas avenirte sobre mis dedos bañándolos con tu orgasmo, después, te voy a follar tan duro, que mañana no podrás caminar. ¿Estás de acuerdo, rubia?

Su rodilla choca contra mi feminidad, presionando. Gimo por la presión. Inconscientemente, empiezo a frotarme contra su rodilla. Rodeo su cuello y halo hasta que está cerca de mí, lo beso; duro y mojado. Jake posa sus grandes manos en mi cadera, dirigiendo mis movimientos.

—Nunca va a ser suficiente, rubia. Nada comparado contigo. —susurra cerca de mis labios.

Lo veo a los ojos y veo tanto amor, pasión y, sobre todo, alegría. Sus ojos me demuestran tanto que quiero llorar. Querer a Jake es único porque siento tanto que no me cabe en el cuerpo.

Las emociones pueden jugarte en contra inesperadamente, pero esto, Jake y yo, no fue inesperado. Nuestro amor no lo era, simplemente paso.

Bajo mis manos hasta el pantalón de Jake, desesperada. Desabrocho el botón de sus pantalones formales y bajo el cierre, meto mi mano bajo sus calzoncillos rodeo sus deliciosas once pulgadas.

—Amy... —Jake, gime.

Siento sus venas en mis manos, apenas rodeo su erección y eso me gusta.

Subo y bajo mi mano, cuando la gota pre-seminal se hace presente, la esparzo por la punta de su polla. Jake sigue dirigiendo mis caderas a un ritmo deliciosamente lento. Jake tira de mi cuerpo hacia arriba para poder llevarse un pezón a la boca.

—¿Eres de los que le gustan los senos, eh, Jake? —ve mis ojos y sonríe.

—Solo soy fan de los tuyos, cariño. —y succiona, fuerte, duro.

La mano de Jake empieza a hacer círculos nuevamente en mi clítoris, son rápidos eso hace que la burbuja del orgasmo empiece a formarse en mi vientre bajo. Acelero mis movimientos en la polla de Jake, haciendo que un gruñido salga del fondo de su garganta.

Y me vengo, duro y electrizantemente. Aferro mis muslos en las caderas de Jake. Entones, dejo hundir la punta de la polla de Jake en mi vagina, me estira y siento como Jake se viene con esa simple acción, siento como da pequeñas estocadas por impulso y un escalofrió me recorre cuando mi espalda toca de nuevo la puerta de la habitación.

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