Petición de Juicio

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Madam Jin parecía una leona enjaulada caminando de un lado al otro del salón Fragante. Guangyao la miraba sereno desde su lugar en los escalones del trono, mientras Jin Zixuan sentado en el trono del líder, trataba de calmar el llanto de A-Yuan en su regazo frotando su espalda y cabeza, su rostro cubierto de angustia y preocupación. 

— Primero ¿puedes decirme tu nombre, pequeño? -habló suavemente el heredero Jin.

— A... A-Yuan.

Guangyao sabía que la pregunta le costaría un par de gritos de Madm Jin pero se obligó a sí mismo a hacerla. — ¿Quiénes son tus padres, A-Yuan?

Deteniéndose en seco frente al trono, la mujer ni siquiera separó sus labios fruncidos en una mueca de enojo, mirando atentamente al niño esperando su respuesta.

— Xian-baba y Cheng-diedie. -respondió el pequeño entre lloriqueos.

Jin Zixuan y su madre se miraron el uno al otro sorprendidos y confundidos. Este niño era muy grande para haber sido concebido en los túmulos, por lo que no podía ser hijo de Wei Wuxian y la doctora Wen. Además no parecía reconocerla como su madre.

— ¿Sabes quién es tu mamá? -intentó cautelosamente Zixuan.

— Tía Qing dice que está en el cielo con baba. Luego me llevaron con abuelita y vivimos en un lugar oscuro donde golpeaban a Tío Ning y a Tío Cuarto y nos hacían cargar piedras.

Cualquier pregunta que quisieran hacer había quedado en sus gargantas. La explicación de A-Yuan era demasiado clara. El niño era uno de los Wen que Wei Wuxian había sacado del paso Qiongqi. Pero... ¿No habían dicho Jin Zixun y Jin Guangshan que todos eran cultivadores? ¿Qué hacía un niño entre ellos? ¡¿Qué hacía una anciana entre ellos?!

Las fuertes pisadas de alguien llamaron la atención de los cuatro, que se volvieron hacia la entrada por donde venían entrando los Nie acompañados de Lan Xichen.

— Entonces la gente que Wei Wuxian sacó del sendero Qiongqi eran solo ancianos y enfermos. Y un niño, al parecer. ¡¿Acaso me están jodiendo?! -Exclamó Mingjue.

Era obvio que el Líder Nie se sentía engañado y usado. Y eso le enfurecía. Huaisang a su lado simplemente miraba divertido e intrigado al pequeño en el regazo de Jin Zixuan. Pequeño que, al escuchar el grito del hombre, comenzó a llorar de nuevo. Xichen, por su parte, estaba encantado viendo a Jin Zixuan interactuar con A-Yuan de la forma en que un padre lo haría. Sus ojos gravitaron involuntariamente hacia Guangyao que también miraba la escena con una sonrisa enternecida.

— Líder Nie, ¿qué lo trae a Lanling? Y usted también líder Lan. -Jin Zixuan finalmente pudo tranquilizar al niño y ahora tomaba un poco el control de la pequeña reunión improvisada.

Lan Xichen y Nie Mingjue se miraron por un segundo, decidiendo cuál de los dos le diría la situación, pero en cuanto Nie Mingjue se adelantó un paso para hablar, unos gritos se escucharon desde afuera. Las voces se iban acercando más y más hasta que el Líder Jiang entró por la puerta con Jin Zixun y Jin Guangshan atados por Zidian.

— Líder Jiang, ¡¿qué significa esto?! -gritó Madam Jin al tiempo que A-Yuan saltaba del regazo de Jin Zixuan y corría hacia Jiang Cheng.

— ¡Die die!

Jiang Cheng se arrodilló en el suelo abriendo los brazos para recibir al pequeño en cuanto lo vio correr hacia él, envolviendo su cuerpecito protectoramente cuando saltó hacia él y se aferró a sus túnicas llorando desconsoladamente. — Shh, die die está aquí para cuidarte, tranquilo. Ya nadie te va a lastimar. Pronto iremos a casa.

— Pero, ¡¿qué rayos está ocurriendo aquí?! -volvió a gritar Mingjue.

— Dage, por qué no les permites que nos expliquen. Presiento que esto será interesante. -sonrió Huaisang detrás de su abanico.

Cuidando a ShijieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora