Habían pasado ya tres días en aquel viaje. Durante la tarde, estuvieron dando vueltas por el bosque que rodeaba el lugar donde se estaban quedando.
Eran las 6:00 pm cuando la tormenta comenzó. Por encontrarse en una zona alejada de toda civilización, las lluvias solían ser mucho más fuertes que en la ciudad.
Ambos chicos tuvieron que correr entre todos aquellos árboles que en un segundo se habían empapado del agua helada de la lluvia. Lo peor era que estaban algo alejados de la cabaña, por lo que tuvieron que apresurarse antes de que cayera un rayo.
El rubio logró caer por una gran roca atravesada en el camino. Intentó levantarse enseguida, pero al parecer su pie se había lastimado severamente, pues se dobló con la caída. El coleccionista le ayudó a levantarse. —¿Puedes caminar?— preguntó mientras colocaba sus manos en su cintura.
—Creo que no— respondió mientras intentaba mover su pie izquierdo. Las gotas se escurrían sobre sus cuerpos en abundancia.
—Será mejor que sigamos— murmuró mientras cargaba entre sus brazos al chico de hermosos ojos azules. Éste se aferró al cuello del pelinegro, mientras seguía con el camino a la cabaña.
En un momento más, se encontraban frente a la puerta del lugar, el coleccionista dejó a Luke de nuevo en suelo para sacar sus llaves. Abrió la puerta y ayudó al rubio a adentrarse junto a él.
Michael observaba como el fino rostro de su acompañante creaba muecas de dolor al moverse. Lo cargó de nuevo para guiarlo hasta la habitación y dejarlo con sumo cuidado sobre la cama.
—¿Donde exactamente te duele?— le dijo mientras revisaba su pierna dañada.
—En el tobillo, el dolor se extiende hacia arriba— cubrió su rostro con sus manos. Aquello sólo logró preocupar al coleccionista.
Hizo una mueca. —Ahora mismo no podría llevarte al hospital— dijo.
—No te preocupes, quizá es solo un esguince— trató de mostrarle una pequeña sonrisa.
—Te pondré algo de hielo— dijo el ojiverde mientras se levantaba para ir hasta la cocina. —Descúbrete la pierna— ordenó.
Fue hasta su refrigerador para tomar una pequeña bolsa de hielos de la nevera, y con un paño, regresó a la habitación.
Apenas entró cuando pudo ver como el rubio se sacaba la camiseta, para quedar tan solo en bóxers.
Levantó ambas cejas. —Hey, no dije que te desnudaras Luke— mostró una sonrisa.
—Lo sé, pero mi ropa estaba muy mojada como para dejármela y que tu cama quedara escurriendo— dijo con las mejillas sonrosadas, debido a que el coleccionista lo observaba de pies a cabeza. —Tú también estás muy mojado...
—Sí, pero yo no me voy a desnudar.
—Está bien— le dijo el rubio.
—Ahora recuéstate, intentaré calmar tu dolor, pero te aviso que no sé mucho de lo que estoy haciendo — se sentó a la orilla de la cama para estar cerca del chico.
Comenzó a aplicar un poco de pomada por todo el tobillo de Luke, subiendo sólo un poco por su pierna, y dando masaje por toda el área.
—Bien, te duele... ¿aquí?— aplicó presión con dos de sus dedos en un lugar determinado entre su tobillo y el inicio de su pierna. El rubio siseó, para luego asentir.
—Al parecer esto debe ser más que un esguince, Luke. ¿Te duele la cabeza? ¿no quieres una aspirina?
—No te preocupes Michael— volteó a mirarlo. —Estoy bien.
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|E y e s| •Muke•
FanfictionLo único que llegaba a importarle en ese chico, eran sus ojos. Advertencia: boyxboy + algo creepy