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Willow Dixon

Salí de la casa de una conocida a la cual le vendía drogas a menudo.

—¡Gracias por las drogas! —escuche como Sienna gritó justo cuando estaba a punto de montarme en mi bicicleta.

La mire mal. Ella sabe que no puede andar gritando esas cosas como si no fueran ilegales.

Me monte en mi bicicleta y me dirigí a mi casa.

Son las 6:00 de la mañana. Casi siempre pasó mi noche vendiendo lo que me encargó mi padre, por eso estaba en casa de Sienna. La verdad es que solo me habla porqué le consigo las drogas, obvio no de gratis.

El año pasado tuvo una sobredosis y aún sigue drogándose como loca. Una de sus amigas se la pasa diciéndome que no le venda más drogas, que solo le hago daño, pero esa no es su decisión, es la de Sienna.

Entre al garaje de mi casa con mi típica cara de pocos amigos. Mire al rededor para asegurarme de que nadie me estuviera siguiendo y me adentré a la casa.

—¡Willow! —exclamó Custer al verme. El estaba sentado en la mesa del comedor.

—Hey, Custer. ¿Qué hay nuevo? —Me senté junto a él.

Creo que Custer es el único al que considero como amigo. No suelo ser muy sociable, no tengo tiempo para eso.

Otra cosa para la que no tengo tiempo es la escuela. Voy de mil en cien. Realmente la odio, estar escuchando a un adulto explicando cosas que no me ayudarán en un futuro apesta.

—Ya sabes, lo mismo de siempre. Ayúdame a empacar estas drogas. —Me pasó algunas bolsas y algunas pastillas.

Yo comencé a empacar las pastillas en sus respectivas bolsas. Estuve así un rato hasta que me detuve a pensar:  ¿Para quien es todo esto?

—¿Para quien es todo esto, Custer? —pregunte con el ceño levemente fruncido.

—¿Te acuerdas de Fezco?

Yo asentí levemente.

—Pues, para el son —volvió a hablar.

—Nunca he visto al Fezco ese. —Continúe guardando las drogas en sus bolsas.

—Pues prepárate, hoy lo conocerás —dijo mi padre entrando al comedor.

—Ya era hora —hablé en un tono burlón.

—Te quiero bien comportada, él no sabe de tu existencia. —me señaló—. Te presentaré como mi socia, ten. —Me pasó una pistola.

Yo la tome y la coloqué en la mesa.

Rue Bennet

A pesar de que la morena es como una maldita mini gangster, es bastante femenina.

Aveces se pone cosas que le quedan como dos tallas más grandes o aveces se pone las cosas más cortas que encuentra. A ella le gusta su estilo no definido, se pone las cosas dependiendo de sus ánimos.

A la mayoría de los contactos de Mouse les sorprende el ver lo atrevida y ruda que puede llegar a ser la Willow.

Eso si, a dejado varios corazones rotos. Es como una maldita piedra sin sentimientos, algo que también sorprende bastante ya que tiene cara de ser la chica más dulce del planeta.

Me he cruzado con ella un par de veces. Ya saben, soy como una cliente más, solo que le soy más fiel a Fezco que a ella.

Como la morena dijo antes, no es muy sociable, así que las palabras que cruzamos son mínimas. Y ni hablar de las risas, puede llegar a ser muy amargada aveces. Aunque suele ser más sarcástica que amargada.

Maldita G-Ashtray Donde viven las historias. Descúbrelo ahora