Primer día

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Habían pasado varios días desde que Emma y Crystal se habían hecho oficialmente pareja, las cosas habían cambiado bastante.

Habían cambiado ciertamente para bien.

Cada vez se notaba más que Emma se estaba asentando con eso de tener pareja.

El único tema de conversación que habíamos tenido hasta el momento era sobre el cómo estaba viviendo su relación.

Y sí.

Habían pasado cinco días desde la oficialización de su relación.

Pero sin lugar a dudas, cinco días vividos muy intensamente.

La magia del amor, supongo.

Una cosa también muy destacable de estos días fueron las actitudes de Emma y Dereck a la hora de relacionarse o dirigirse.

Nunca había visto a Dereck dirigirse mal ante Emma, pero de Emma si lo había visto.

Pues ahora nada, su actitud con él ha pasado de matarse a tratarlo muy bien.

Demasiado bien, diría yo.

Y cabe recalcar que Dereck casi nunca le hacía o decía nada, pero a Emma le gustaba reírse de cualquier cosa que le pasara a su hermano.

Ahora simplemente no pasaba nada, su relación había mejorado mucho en este corto periodo.

Al final va a ser verdad que a Emma le venía bien estar con Crystal.

Porque Crystal le hacía ser mejor persona, como si eso fuera posible de por sí...

En este mismo momento me hallaba preparando mi mochila del instituto.

Porque sí amigos y amigas.

Mañana era mi primer día.

Mi estado de ánimo era deplorable.

¿Aunque qué podía hacer?

En el fondo he venido aquí para eso.

Y para muchas otras cosas más pero...

Sobre todo para eso.

Después de meter todas las cosas necesarias en la mochila, decidí elegir mi conjunto.

Y no era por los nervios o las ganas de elegir conjuntos.

Era más bien para dormir más.

Me dirigí al armario y saqué un conjunto bastante básico para un primer día.

Tampoco tenía pensado causar impresión, ya que la mayoría ya me reconocía por la fiesta que se realizó hace más o menos dos semanas.

Después de eso, me fuí directamente a la ducha, ya que no quería pensar en nada.

Y después de una media hora ya estaba programando mi despertador mientras apagaba la luz, deseando que la noche durará eternamente.


El ruido del despertador retumbó en la penumbra de la habitación despertándome de un sobresalto.

Me llevé la almohada a la cabeza para ver si podía dormir, aunque solo fueran unos cinco minutos.

Pero algo se vió afectado en esto, ya que Emma abrió la puerta de la habitación con un estruendoso ruido.

-¡BUENOS DÍA BECCA!- Gritó una Emma totalmente emocionada.

Una emoción que sinceramente me molestaba mucho.

Al ver que no respondía, Emma se tiró de cuajo en mi cama.

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