Suceso inesperado

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En cuanto vi el coche de Emma alejarse en la penumbra de la noche, mi cuerpo se tensó de una forma casi inmediata, no sabía si lo que estaba sintiendo ahora eran nervios o simplemente miedo de lo que se venía.

Podía parecer una tontería.

Pero estar sola en la casa con Dereck era una idea que me aterraba, y más sobre todo por pensar que pasaría la noche con él.

Y puede que sea algo insignificante porque al fin y al cabo éramos dos amigos en un plan de pelis, pero su presencia se me hacía muy imponente y muy extraña, debido a lo imprevisible que ha sido todo.

Normalmente cuando hago algún tipo de plan suelo mentalizarme sobre todas las posibilidades que podrían ocurrir, pero esta vez, esa opción era totalmente nula.

Tendría que dejar que todo quede en manos del destino.

¿Divertido no?

Pues para mi definitivamente no lo era, porque siempre me ha gustado tener el control de cualquier situación, pero en este caso, había que ser autosuficiente e intentar aparentar no parecer aterrada y ser yo misma.

Decidí salir de una vez por todas mis pensamientos y empezar a actuar, la noche no duraría eternamente y quiero aprovechar todo el tiempo que sea posible.

Dereck se hallaba en su habitación y francamente no iba a molestarlo, así que decidí empezar yo sola.

Estuve más o menos una media hora leyendo un libro debajo de la manta más calentita del mundo, con Max subido a mi regazo mientras descansaba, pude notar como su lomo subía y bajaba lentamente. Algo que me producía mucha tranquilidad, me recuerda a cuando vivía en España, cuando mi perrita Ginny se subía al sofá y se dormía plácidamente encima de mi regazo. En este momento me sentía en paz.

Pero ese sentimiento no duró mucho más cuando una voz me sacó de mis propios pensamientos.

Se trataba de Dereck.

-Pensaba que me avisarías, con razón tardabas tanto...-Dijo mientras bajaba las escaleras, tenía el pelo despeinado y empapado, supongo que acabará de salir de la ducha y llevaba puesto un pantalón negro junto a una camiseta blanca.

La verdad es que estaba muy guapo.

-Perdona... Pensaba que estabas ocupado... Y tampoco quería molestarte-Contesté mientras dejaba el libro encima de la mesa para prestarle atención.

-Tranquila, no estaba ocupado... Además puedes tocar mi puerta cuando quieras-Dijo mientras me guiñaba el ojo mientras sonreía.

En ese momento juro que me odié a mi misma por no poder controlar mis emociones, sentí como mis mejillas se calentaban, provocando que se tiñeran de rojo, obviamente Dereck al percatarse de esto decidió decir:

-Venga intrusa... No quería hacerte sonrojar, se que me adoras pero no hace falta que lo demuestres.

-No digas tonterías, ¡Sabes que no es cierto!-Contesté cruzándome de hombros intentando poner una cara de enfadada, cosa que por supuesto, fue un auténtico fracaso.

-Sabes perfectamente que es verdad, no hace falta que lo niegues-Dijo entre risas- Pero ahora en serio, si necesitas algo solo tienes que tocar mi puerta.

-Gracias... Igualmente.

-Bueno, dejando los temas serios-expresó- ¿Qué se supone que vamos a hacer? Porque te recuerdo que todo esto lo has organizado tú.

-Esta bien perfecto... Tenía pensado ver una película, que para nada es negociable.

-Y esa es...-Indagó mientras se sentaba a mi lado mientras se tapaba con la manta que me sobraba.

StorgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora