Capítulo 7: i knew you were trouble

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Sus caras estaban a centímetros de distancia ahora. Se habían trasladado a casa de Sergio, ante la preocupación de este por ser vistos en la playa. Aunque la casa de Sergio no estaba a más de unos minutos de distancia, tardaron el doble pues cada poco tiempo necesitaban besarse. Solo siguieron el camino sin interrupciones cuando una señora mayor, dueña de la casa donde estaban apoyados besándose, les chistó y les dijo que aquel no era lugar para hacer esas cosas. Raquel se reía del tono rojo que adquirió el rostro de Sergio una vez salieron de ahí. Todo el camino que les quedaba, lo hicieron agarrados de las manos, riéndose y disfrutando de la compañía del otro. Tampoco les quedaba mucho camino, de ser así, alguno de los dos habría explotado de la tensión que habían acumulado.

Sus manos se deslizaron por la expansión de su pecho, hasta el cuello de su camisa, empuñando las solapas de esta, guiándolo hacia su boca. Sus labios se ajustaron de manera suave, pero demandante, a los de ella. Él deslizó su lengua dentro de su boca mientras la intensidad de su beso aumentaba y las ganas de no sentir nada más que la piel del otro se hacía más presente.

Las manos de Sergio se posaron sobre el culo de Raquel, tirando de ella más contra él. Raquel tuvo que ponerse de puntillas para envolver sus brazos alrededor de su cuello y descansar la parte superior de sus brazos sobre sus hombros. Así, presionó sus cuerpos aún más juntos, sin dejar apenas espacio entre ellos.

Profundizó el beso mientras el calor entre ellos se hacía más presente. Ella gimió suavemente, hundiendo las yemas de los dedos en el volumen de su pelo. Mareado por el deseo y la falta de oxígeno, Sergio rompió el beso de mala gana, respirando con dificultad en un intento por recuperar el aliento. Su frente se unió a la de ella, y cerró los ojos mientras el deseo recorría su cuerpo.

Raquel separó sus rostros y enfocó sus ojos en Sergio mientras este levantaba el dobladillo del vestido que había vuelto a ponerse para volver a casa. Sus dedos se arrastraban sobre su piel haciendo que Raquel se mordiera el labio. Raquel captó la forma en que los ojos de Sergio seguían sus dedos, atento a cada trozo de piel que iba revelando. Levantó lentamente su vestido sobre su cabeza y Raquel aprovechó para arquear su espalda empujando sus pechos. El vestido cayó al suelo dejándola en ropa interior bajo la atenta mirada de Sergio. La tensión en el aire se hacía más palpable mientras él recorrió todo su cuerpo con la mirada hasta dar con sus ojos. Al ser consciente de ello, Raquel hizo el amago de taparse con los brazos pero Sergio los agarró, parándola.

—No, no te tapes. –Sergio se acercó aún más a ella y besó sus mejillas, después su nariz, acabando con un ligero beso en sus labios. Aquello provocó una sonrisa en Raquel–. Me gusta todo de ti.

Raquel respondió volviendo a besarlo. Tras deshacerse de la camisa, Raquel movió sus dedos hacia el botón de los pantalones de Sergio, manteniendo los ojos fijos en él. Ninguno de los dos hablaba; En cambio, se miraban atentamente.

Enganchó los pulgares en la cinturilla del pantalón y los deslizó por sus piernas. Raquel sintió que su rostro se calentaba mientras se sonrojaba. Sus inseguridades ante lo que podía pasar entre ellos fueron reemplazadas por emoción cuando reconoció cuánto la deseaba. Cuánto la deseó siempre.

Cuando Sergio se mostró inseguro sobre si seguir, Raquel lo empujó hasta tumbarlo en la cama para después sentarse a horcajadas sobre él. Acercó su rostro al suyo, rozando sus labios para después juntarlos en un beso ardiente. Los pechos de Raquel rozaban el de Sergio y fue entonces cuando él acercó sus dedos al broche del sujetador y lo deshizo. Deslizó el tirante derecho del sostén lentamente por su hombro, mirando el camino que recorrían sus dedos. Una vez se deshizo del sujetador tirándolo en algún punto de la habitación, miró a Raquel antes de acercar su boca a su cuello. Fue dejando un camino de besos hasta la parte superior de su pecho provocando gemidos y suspiros en Raquel.

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