Prólogo

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Son quizá las seis de la tarde. Wang Junkai no ha despertado aún. Su primo y mejor amigo, Darren, no se ha movido ni un centímetro de su lugar, esperando la mínima señal de movimiento en Junkai.

—¿Aún nada? —pregunta de repente Sun Li, una mujer guapa, joven y de cabello muy cortito.

—Nada —murmura Darren.

La mujer da unos pasos hacia su hijo y se sienta en la silla junto a la cama. Con suavidad, acaricia su mejilla y suspira.

—Tía Sun... Kai va a estar bien, ¿Verdad?

—Eso espero, Darren... eso espero.

Se quedan callados por un buen rato. Muy pronto aparece Wang Kai, el padre del chico inconsciente. En cuanto pone un pie frente a la cama de su hijo, pregunta lo que había sucedido.

Horas atrás, el joven Wang se encontraba en la universidad, llevando a cabo sus actividades con normalidad. Desde muy temprano se había sentido cansado, aunque no se preocupó mucho dado que los últimos meses se agotaba demasiado a causa de las excesivas tareas y proyectos de la universidad.

Ese día algo andaba mal. Junkai lo supo desde que despertó. Tuvo náuseas, jaquecas intensas por prolongados tiempos durante toda la mañana. Cerca del medio día, Junkai caminó en dirección a la facultad de derecho, sitio donde Darren terminaba su última clase. No se sentía nada bien. Había incluso tenido una crisis extraña de temblores en la mano. Necesitaba dormir y quería pedirle a Darren que lo llevase a casa.

Darren sonrió al ver a su primo acercándose. Se veía guapísimo vestido tan formal para la presentación de su proyecto. Conforme Junkai avanzaba, el moreno fue borrando la sonrisa. A cada paso que Junkai daba, notó que su primo no resistía un minuto más de pie. A escasa distancia, Junkai se desplomó.

Los reflejos de Darren se alertaron y lograron atrapar a Junkai antes de que la cabeza de éste tocara al piso. Lo sostuvo y comenzó a pedir ayuda.

Wang Junkai fue llevado a la enfermería y, al notar que no reaccionaba, lo trasladaron al hospital más cercano.

—¿Qué han dicho los médicos? —pregunta el señor Wang. Está realmente preocupado.

—Están haciendo algunos estudios de sangre. Aún no dan respuestas.

Sun Li coge la mano de su hijo. Es tan delgada y pequeña. Es como si hubiese adelgazado de la nada.

—Iré a preguntar —el señor Wang sólo alcanza a mover medio cuerpo porque enseguida entra el médico que atendió a Junkai desde que éste llegó.

—Señores Wang, ¿Podríais acompañarme? Lo que tengo que decir es delicado.

Darren se pone de pie y en un segundo es detenido por el señor Wang. Con amabilidad le pide que espere junto a su hijo.

Una vez que el señor Wang y su esposa están en el consultorio del médico, éste saca los resultados de los estudios de Junkai.

—Tengo malas noticias —taja —al joven Wang le realizamos estudios de sangre para conocer sus niveles de glucosa. Por fortuna esos están bien. Aunque, algo que llamó la atención de todo esto, ha sido el exceso de cobre que se encontró en un examen de CSC*. Mis compañeros laboratoristas repitieron el examen y los resultados han sido los mismos.
Necesitamos, con urgencia, que el joven Wang se realice una prueba de ceruloplasmina* para medir la cantidad de ésta en la sangre. 

—Espere... ¿me está queriendo decir que mi hijo está muy grave? —pregunta confundida la mujer —¿De qué?

El médico mira a la pareja con un poco de comprensión y luego dice en voz baja:

Secretos de Sangre | YiZhan [Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora