Secretos de Sangre | YiZhan [Mpreg]

★ V E I N T I S É I S ★

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Xiao Zhan está sentado sobre la cama, con las rodillas pegadas al pecho. Yibo está acostado con las manos detrás de la nuca y mirando al techo.

Ambos están perdidos en un sólo pensamiento: no se protegieron la noche anterior.

La resaca cayó sobre Zhan como un balde de agua helada cuando sintió el semen seco en la mano de Yibo. Él también tendría que tener semen sobre la piel, pero este se esparció en su interior.

—Yibo... —se lamenta —debiste detenerme.

—También estaba borracho y me dejé llevar.

—Tú no bebiste.

—Lo hice a través de tus besos.

Xiao Zhan esconde la cabeza entre sus rodillas y sigue lamentándose. ¿Por qué se tenía que poner ebrio justo anoche? Sus padres, su hijo, su hermana y los señores Wang estaban en la casa. Seguramente escucharon todo.

—¡Ya sé! —dice Yibo, incorporándose de un brinco —¿Y si te haces una prueba de embarazo?

Xiao Zhan le lanza una mirada filosa.

—Eres idiota, ¿o qué? —le pega con un manotazo —debo esperar al menos diez días. Ash, Wang Yibo, no sabes nada de embarazos, ¿verdad?

Yibo niega con la cabeza y también se abraza a las rodillas.

—No me puedo embarazar así porque sí —vuelve a decir Xiao Zhan —por mi tipo de sangre, debo llevar un control de embarazo muy severo, planificarlo con tiempo y recurrir a ciertos tratamientos. Si no es así, corremos muchos riesgos.

La culpa cae sobre Wang Yibo en cuanto ve a su doncel llorar.

Debió detenerse cuando pudo, o evitarlo por completo. Xiao Zhan estaba ebrio, no razonaba sus actos. En cambio él fue conciente y sólo se cegó durante la calentura.

—Mejor no menciono la píldora, ¿Verdad?

Xiao Zhan niega aún con el rostro entre las rodillas. Tomarse la pastilla implicaría un descontrol hormonal completo, además, también podría perder su funcionalidad puesto que no llevaba más de tres semanas de haber ingerido la anterior.

—ZhanGe... ¿Crees que tus padres me echen de su casa?

—No lo sé.

—Seguramente Jinmai ya tiene contenido suficiente para su siguiente capítulo —murmura Yibo.

Xiao Zhan le pregunta sobre este último comentario, pero Yibo ya no responde.

Alrededor de las ocho de la mañana, ambos se visten y se preparan para afrontar a los señores Xiao. Ni modo.

Zhan sale primero, intentando caminar con naturalidad. La casa está tranquila, casi solitaria.

Pat Ha es la única en el comedor leyendo un libro y bebiendo su café matutino. Yibo se acerca detrás de Zhan con sigilo.

—Buenos días —dice la mujer sin despegar los ojos de su lectura.

—Hola mamá, ¿Y los demás?

La mucama se acerca a los lugares frente a ellos y coloca un par de manteles. Enseguida se sientan y Pat Ha responde que su padre irá a entregar las pruebas que le llegaron ayer a su oficina y, además, pasaría a dejar a Jinmai al colegio.