Secretos de Sangre | YiZhan [Mpreg]

★ V E I N T I C U A T R O ★

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Luo Zhi termina de doblar el camastro y luego deja los cobertores sobre el mismo.

Junkai no ha dejado de mirarla en toda la mañana. Ella tampoco le ha dirigido casi la palabra desde la noche anterior hasta que le llega un mensaje se su jefe, diciéndole que va en camino al hospital.

—Xiao Zhan vendrá a relevarme —dice ella, mirando los mensajes de su móvil —debo irme.

—Luo Zhi... Lo que dije anoche fue cierto. Me gustas.

La muchacha siente en su pecho, por segunda ocasión, una especie de latidos cuando Kai repite la frase.

—Kai... No lo menciones más.

—¿Por qué? ¿Está mal que te exprese lo que siento? Tú me has dicho que escuche a mi corazón y lo estoy haciendo.

Luo Zhi se queda en el borde de la cama, un poco cerca del chico. No le dirige la palabra ni cuando este coloca su mano sobre la suya.

Por como reacciona, Junkai está casi seguro se que ella también siente algo por él. De no ser el caso, ya lo habría dejado hablando solo.

—Dime que tú no sientes igual —murmura.

—No es fácil, Kai. Tú eres un chico y yo te gano por seis años. Tú aún debes hacer tu carrera, ser el orgullo de tus cuatro padres y yo... Yo tengo que emplear la mía. Aún quiero viajar, quiero seguir conociendo celebridades y que me paguen por ello.

Si Junkai todavía estuviera un cardiograma, seguramente el aparato mostraría su nerviosismo. Luo Zhi no está negando sentir algo por él; está diciendo que sería complicado.

—Pero... ¿Y si yo me uniera a ti, y compartiera tu sueño? ¿Tendría una oportunidad?

Ella se gira a verlo. También tiene un brillo en los ojos que le impiden ocultar sus sentimientos.

—¿Podrías esperar a que crezca un poco más? —pregunta Junkai por final, haciendo que la chica se ría.

—Solo si estás seguro de ello —le responde.

Okey, no era lo que Junkai quería exactamente, porque no fue un sí. Tampoco un no. Cómo sea, al menos ya ha declarado lo que siente.

Sostiene por unos minutos más la mano de Luo Zhi. Lleva consigo un anillo de plata muy pequeño en el dedo índice.

Ahora que la herida ya está más cerrada y le han permitido un poco de mayor movilidad, aprovecha la oportunidad para enderezarse y acercar su rostro al de Luo Zhi. Lo hace muy despacio, para no espantarla o arruinar el momento. A demás, es su primer beso, tiene que ser especial.

A penas se dan un roce de labios y alguien entra a la habitación.

Es Darren.

—¡Kai! ¡Buenos días..! —dice el moreno, apagando su voz cuando ve a la asistente de Xiao Zhan alejarse de Junkai y caminar hacia la ventana —¿Interrumpo algo? —ni él sabe de dónde sacó las agallas de hablar.

—No...

—¡Sí! —se queja Junkai —debiste llamar a la puerta, Darren.

Luo Zhi da la vuelta y hace una inclinación pequeña, luego sale de ahí. Darren la observa y no menciona nada más.

—Sólo te había traído esto. Para que te sintieras mejor —le entrega un par de comics —debo irme.

Darren sale, con el corazón roto.

Se queda fuera de la habitación y se deja caer sobre el piso. No quiere llorar, pero son las condenadas lágrimas las que amenazan con salir.

Él lo vio claramente, se iban a besar. Ellos dos se enamoraron.