Capítulo 33 2T

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Lo había recordado todo...

¡Cielo santo, por fin lo había recordado todo!

¿Pero por qué ahora? ¿Por qué cuando Jack se había marchado de su lado?

¡No! ¡¿Por qué?!

¿La perdonaría?

Ariana se dejó caer en el suelo, justo a lado de su cama, y las lágrimas volvieron a retomar su rumbo.

Emitió un gemido de dolor e impotencia, y se llevó las manos a la cara.

Desde un principio había sido muy injusta con él. Jack no había merecido el trato que ella le dio.

Todo había sido una trampa de terceros para separarlos. Un plan malévolo.

Halston se lo había confesado todo aquella noche, y de sólo recordarlo, Ariana lloraba con más fuerza.

Su Jack... su maravilloso Jack la amaba más que a nada en el mundo. Había intentado por todos los medios poder convencerla de su inocencia a pesar de que todo lo apuntaba como culpable. De que él mismo se había inculpado, y todo por querer protegerla...

¡Oh, cielo bendito!

Ariana sintió que palidecía.

Su amado poniéndose en peligro, enfrentándose a mafiosos desalmados, arriesgando su vida por ella... ¡Noooo! No soportaba siquiera el simple pensamiento, la sola idea. Pero era verdad, Halston lo había confesado en su arranque de locura, Jack mismo se lo había estado diciendo hasta el cansancio pero no le había creído. ¿Y qué había sucedido después? Se había estrellado contra un árbol, y había perdido la memoria. Había olvidado esa noche en que toda la verdad había quedado al descubierto. ¿Y qué más había olvidado? ¡Seis años! ¡Precisamente los seis años que llevaba junto al hombre que amaba!

>¡¿Por qué?!< quiso gritar de impotencia.

¿Por qué el destino la trataba siempre de esa manera? ¿Por qué le jugaba tan malas cartas? ¿Por qué la vida terminaba siempre traicionándola de la peor manera?

¡Era una estúpida!

Con dolor se dijo que no culparía a Jack si jamás la perdonaba por no haber confiando en él.

¡Si tan sólo pudiese regresar el tiempo!

Lo que Ariana estaba sintiendo dentro de su alma y su corazón no tenía comparación.

¡Era horrible! ¡La culpa la mataba!

No podía pensar en el dolor de Jack, sin sentir que desfallecería.

>Vas a perderlo, y te lo mereces por haber sido tan terca y tan ciega<

Entonces el pánico se apoderó de ella, y tuvo que respirar profundamente para poder controlarse.

–¡No!– susurró en un grito que la estremeció por completo.

>¡No puedo perderte, Jack! ¡Me moriría!<

¿Pero qué iba a hacer? ¿Quedarse ahí?

Desde luego que no.

Todavía aturdida por los últimos acontecimientos, se puso en pie, y lo primero que hizo fue buscar su abrigo y su bolso.

No pudo saber que eran casi las seis de la mañana, porque ni siquiera se detuvo a comprobar la hora.

En ese momento nada más le importaba. Tenía que recuperar a su amado, tenía que ir a buscarlo así fuera hasta el fin del mundo.

Estaba desesperada, pero se decía a sí misma que mantuviera la calma.

Bajó las escaleras en lo que pareció dos o tres segundos.

La Villana Del Cuento® (AG 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora