Capítulo 6

385 45 45
                                    

Pero al día siguiente Ariana continuó sintiéndose enferma. Tanto que de nuevo dudó en si debía ir a la escuela o no.

Finalmente decidió que debía hacerlo pues no quería perder más clases. En todo momento debía recordarse que su entrada a Julliard no sólo dependía de su talento y habilidades artísticas, sino también de sus calificaciones.

Además todavía estaba ese asunto de Drew.

En aquel último mes su padre apenas y la había dejado respirar, preguntándole a todas horas si habían retomado su noviazgo después de tantos días.

Gracias al cielo, su madre había dejado de molestarla, sin embargo tener que lidiar con su papá era peor, muchísimo peor.

Desde entonces Ariana había empezado a odiar el estar en su casa, pues no la dejaba tranquila ni un solo instante.

–Espero que pronto soluciones las cosas con Drew. Hoy me reuniré con John, y ciertamente la situación de ustedes complica bastante nuestros negocios. No tardes tanto, Ariana, porque no tengo todo tu tiempo– le había advertido ese mismo día antes de salir rumbo a su oficina.

Todo aquello la había mantenido demasiado tensa durante toda esa mañana, y muy distraída de sus materias.

Cuando se llegó la hora del almuerzo, Ariana quedó de verse con sus amigas en la cafetería. Comenzó a caminar hacia ahí cuando cuando de nuevo se sintió muy indispuesta.

Harta ya de todo aquello se preguntó por qué demonios tenía que sentirse tan anormal.

No pudo siquiera continuar su camino, pues salió corriendo directo al baño.

Empezó entonces a vomitar, algo que para esos momentos no la sorprendió, pero sí la irritó incluso más.

No entendía por qué de pronto se sentía tan indispuesta, tan cansada, tan mareada.

Mientras enjuagaba su boca y humedecía un poco su cara, intentó hacer memoria, tratando de recordar qué cosa habría comido que la había puesto en tan mal estado.

Nada. Nada fuera de lo común, y eso era lo que más la confundía. Sin embargo enseguida se dijo que en aquellas últimas semanas había sufrido de tantos altibajos emocionales, que tales malestares no debían de extrañarla en absoluto.

Al salir del baño la primera persona con la que se encontró fue con Elizabeth.

–¿Ari? ¿Te sientes bien?– le preguntó pues la notaba un tanto pálida del rostro.

–Descuida, Liz, es sólo que comí algo en mal estado, y mi estómago está hecho un caos–

Aquello sorprendió mucho a su amiga, pues ella sabía que Ariana llevaba una vida muy sana y jamás se enfermaba.

–Quizá deberías ir al médico, Ari. Es muy extraño que estés enferma–

–Sí, sí, claro– le tomó poco importancia a su comentario. –Quiero hablarte de algo más importante, Liz. Tengo un plan–

–¿Un plan para qué?–

–¿Cómo que para qué? Para recuperar a Drew–

Elizabeth rodó los ojos.

–Ari, no puedo creer que sigas con esa estúpida idea en la mente. Aún después de todo lo que ese cretino te dijo–

Pero Ariana negó.

–No lo entiendes, Liz. Debo recuperarlo. No quiero decepcionar a papi. Sabes que toda su atención es para Adrienne. Nada de lo que yo hago lo ha llenado de orgullo. Lo único de lo que sí estaba orgulloso con respecto a mí era que Drew fuese mi novio. Por eso tengo que hacer que vuelva a mí lado, así él estará contento–

La Villana Del Cuento® (AG 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora