infieles

Ni un mal recuerdo

El hogar de Nathan fue mi refugio. Limpié, organicé, leí libros, apagué móvil y me olvidé del mundo exterior. Hablaba con mis padres a través del teléfono de Nathan y los consejos eran siempre los mismos.

Papá habló con Connor quien negó haberme dañado, su defensa fue una historia bastante opuesta, pero creída por mis padres. "No dejes destruir tu hogar, es el enemigo el que acecha, eres una hija de Dios puedes vencerlo." Escuchaba todo esto con la mirada divertida de mi hermano puesta en mí.

Hasta que descubrí que había cancelado las tarjetas de las cuentas que teníamos en conjunto dejándome sin liquidez. Con la certeza de no encontrar apoyo y dispuesta a no dejarme vencer, toqué la puerta del hombre que me había ofrecido ayuda. Justin Austen.

No iba a trabajar, ni siquiera estaba vestida para una entrevista de trabajo. El negro era una pésima idea para una, también para el primer día de trabajo. Aquel era el primer día en salir a luz y quise verme linda. No lo hice para agradar a otra persona distinta a mí, confiada en que solo era entregar mi currículo y esperar el llamado. El CEO de la Austen's, la compañía textil más cotizada en Alemania tuvo la genial idea que empezara ese mismo día.

No me asusté cuando lo comentó y lo vi como la manera de demostrar mi capacidad delante de mí próximo jefe. El querría ver mi comportamiento frente a sus empleados o una manera de hacer una entrevista. Era conocedora de lo exigente que podría llegar a ser por comentarios de su esposa y de Connor.

No me imaginé enfrentando a Connor por primera vez desde su asalto o controlando los deseos de lanzarle el pisa papel con el que mi jefe jugaba. Confiaba tanto en su sex-appeal y poder sobre mí que estaba convencido, lo mío era solo una rabieta y volvería a casa.

En todo momento sentí la mirada inquietante de mi jefe que erizaba mi piel y la de Connor que me asqueaba. Conocí a la gran mayoría de jefe de áreas y algunos abogados de los Lennox. Todos fueron cordiales y divertidos, incluso después de saber que era la Ex esposa de Wren. Justin Austen se aclara la garganta logrando con ello que todos guarden silencio y se dirige a mí.

—Jules te dará los por menores del cargo. En cuanto acabe hablaremos sobre los demás detalles. —afirmo dando un paso atrás con la mirada puesta en la única persona que me brinda seguridad y confianza en ese lugar. Mi hermano.

Nathan besa mi mejilla y aprieta mis manos todo lo que necesité para seguir adelante era a él. Mis manos sudan y mis piernas amenazan con fallar al salir de la sala de juntas. Una vez lo hago suelto todo el aire y observo al hombre de rostro impasible, aquel que he visto con Justin.

—¡Acompáñeme! —me pide y asiento siguiendo sus pasos. —Soy Jules Maxwell, el jefe seguridad del señor Austen.

—Maggie Ellery —hablo y se detiene para extender su mano.

—Trabajaremos juntos señorita Ellery, espero que podamos llevarnos bien.

—Maggie, puede llamarme Maggie —le pido y afirma sonriendo, mostrando una hilera perfecta de blancos dientes — no es muy común que el jefe de seguridad indique que hacer en un área distinta a la suya—me atrevo a decir y hace una mueca divertida.

De paredes en tono crudo y divisiones en cristal, la sede Austen's escupe buen gusto. Bastante amplia y repleta de movimiento desde el vestíbulo. Mientras avanzamos por los pasillos, nos topamos con varios empleados, que ignoran nuestro pase y nos evaden casi sin vernos.

—El trabajo en la compañía de asistente no ameritaba un cargo nuevo. Bruno Austen's, padre de nuestro jefe mantiene la compañía desde Berlín. —comenta esperándome al ver que me es imposible seguir sus largas zancadas.