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Justin

Estaba seguro aquel mensaje no era para mí, de alguna manera saber que sus padres habían recurrido al ministro y que Connor estaría allí me hizo querer buscarla. Detuve el auto frente a la casa de paredes blancas con grandes ventanales en cristal y puertas marrones. Un jardín en la entrada y un porche bastante extenso.

Allí me quede, en espera de que saliera. Nathan estaba reunido con Jules en una video llamada con papá. El alivio que la prensa no supiera su lugar de residencia era solo por unas horas. A mí me había costado salir del edificio, estuve casi a punto de llevarme a uno que se atravesó en mi camino.

Salgo del vehículo más de una hora después de llegar bastante desesperado. Si ella no salía, en cualquier momento yo estaba dispuesto a sacarla. Aquel beso que nos dimos me mantuvo en una erección que me fue imposible bajar, que regresaba solo con recordarla.

Sonrío al verla salir en vaqueros y remera bastante amplia, bolso deportivo en su espalda, tenis desteñidos y su cabello recogido de cualquier manera en su cabeza. Espero a que alce el rostro y me vea cuando noto detrás de ella a Connor. Avanzo a pasos rápidos escuchando la amenaza que le lanza, pero también su respuesta.

—¡Haz lo que se te la maldita gana!

Me detengo al notar varias personas en la entrada. Ellos están hablando en tono alto y salieron al escucharlos.

—Jamás pensé que te atrajera el dinero. ¿Por qué otra cosa estarías con él?

Wren está a nada de perder el control, pero yo tengo esperanzas en que la familia de ella pueda hacer algo al respecto. Puedo ver a Kamil y a Josephine Ellery, los padres de Maggie, Connor, a un hombre afroamericano y a varios feligreses.

Siempre creí que en estados unidos los negros asistían a sus iglesias y los blancos a las suyas. A no ser que Maggie y sus padres acudieran a una muy moderna o que de plano yo estoy en un error. Si el sentido común no me ha abandonado el hombre alto era sacerdote, ministro o pastor y en este instante me veía con rostro intrigado.

—Puede que no sea por dinero ¿Lo has pensado?

Su comentario me hace alejar el rostro del hombre y fijarme en ellos. Maggie esta de espaldas a mí, Connor está muy pendiente a ella para ver en cualquier dirección. Lo domina la ira en este instante y doy un paso más al darme cuenta.

—Es más hombre que tú.

Elimino la distancia que nos separa en un intento de impedir que la golpee. Reaccioné demasiado tarde, en todo momento creí que sus padres podrían hacer algo y lo hicieron, pero bastante tarde. La mano de Connor impacta la mejilla de Maggie, que pese a haberse alejado le fue difícil evadir el golpe.

Cuando su mano se alza para dar el segundo golpe, todos han salido de su letargo y yo he detenido la mano en el aire. La sorpresa por ver que su acto ha sido truncado, da paso a la rabia al descubrir de quien se trata.

—Jocelyn Austen, suele decir al respecto de hombres como tú que "NO hay nada más peligroso que un hombre cruel convencido que es bueno". Mi padre le anexa a demás que quien le cree es tan o más cruel —hablo sosteniendo su mano aun en el aire. —Justin Austen es un placer.

Me presento viendo a todos, la madre de Maggie la ha hecho a un lado y la abraza. Su padre se mantiene alerta, bastante molesto, bien sea por mi presentación o por el golpe que ha recibido su hija. Maggie tiene la mejilla roja, ojos humedecidos y una furia en ellos que jamás he visto.

—¿Estas bien? —asiente y vuelvo la vista a Connor —te revolcaste con mi mujer en mi cama, planearon sacarme dinero, estuvieron juntos en vacaciones a mis costas, tu luna de miel fue pagada por mi padre y estuviste con ella tras estar con tu esposa —empiezo a narrar.

infielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora