¡Infiel!

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Bruno Austen decidió que su hijo debía regresar a su país, dándole un tiempo de ocho meses para hacerlo. Justin solicitó el año completo, quería dejar la empresa funcional y su cargo libre de problemas.

El dueño de Austen's puso los ojos en mi hermano como reemplazo. Fue eso la noticia que recibió aquella mañana y el motivo de su alegría. Nathan no caminaba, ¡Levitaba! Desde que le dieron la noticia.

Ha hecho planes de todo tipo, desde comprar una casa hasta llevarse a mis papás con él. Estaba tan emocionado que al narrarle lo que había sucedió con mi expareja y Keira se lo tomó a bien. Manifestando que no tenían moral para juzgar, cuando el video era muy explícito.

—Nos besábamos, Nathan.

—Y ellos tenían sexo en la misma cama en donde horas antes Keira festejaba su primer aniversario. Rodeada de pétalos de rosas, velas y hasta la ropa de Justin dispersa —comenta de buen humor y alza la mano que sostiene el tenedor que mueve al aire —ninguno va a juzgarles. Fueron ellos quienes los unieron de una u otra manera.

Disfrutábamos de la cena realizada, el día de hoy, por ambos. Se hizo en medio de risas y planes de mi hermano. El contraste entre su alegría y mi pánico era de polo a polo. No solo por el escándalo, también porque su ascenso significaba mi salida de la empresa.

Dos hermanos no podían estar en la misma sede, la única manera que hemos logrado hacerlo, es porque yo dependo de Berlín y él de América. Con su ascenso, ambos dependíamos de Berlín.

Conseguir otro empleo sería difícil, la supuesta aventura con mi jefe haría todo espinoso. Ninguna mujer me querría como asistente de su esposo con esa referencia. Seria vista como una arribista o caza fortuna.

—Me sentí humillada Nathan. Ellos hicieron lo que debí hacer yo en el Vryzas. —insisto y mi hermano suelta el aire dejando los cubiertos en la mesa.

Apoya ambas manos en esta y me observa en calma, pequeños rasgos de mi padre se asoman en ese rostro. Cejas rubias y ojos celeste, manos largas y labios carnosos. Me recuerda cuando papá quería explicarme algo y no encontraba las palabras.

—Aseguras no pasó de un beso, lo que tu filmaste fue más delicado. —me calma.

Segundos después renueva su comida llevando un trozo de carne a su boca. En teoría debería ser así, sin embargo, quién pega primero pega dos veces. Si hoy día la prensa lanza la supuesta infidelidad de Justin con su asistente casada y el declive de su matrimonio...no se hablará de otra cosa. Los infieles seremos nosotros, sería complicado quitarme el estigma de quita maridos.

—Connor amenazó con un escándalo y mamá le cree todo lo que diga. —bajo el rostro hacia el plato perdiendo el apetito rápidamente. —ellos harán aquello que no hice por ayudar a Justin.

Guardé silencio al verlos ese día en la cama y después bajo los consejos de Justin. Un simple beso y ellos hicieron un escándalo que no sabíamos las proporciones que llegaría.

—No debes dejarte influenciar por nuestros padres. Si yo hubiera seguido sus recomendaciones estaría casado desde los diecinueve, con una sierva de Dios y trabajando para el ministro. No tendría posibilidad de ser abogado o algo parecido porque me absorbería la rutina.

Corta otro trozo de filete esta vez llevándolo a mi boca obligándome a comer. Me indica mascar y luego tragar con el buen humor que lo acompaña esta noche. Amaba que él estuviera recolectando el fruto de su esfuerzo, admiraba que todo cuanto tuviera en adelante era gracias al deseo de superarse.

Yo puedo hacer lo mismo con 23 años. Y esos dos años de relación me sirven como experiencia. Puedo mudarme a otro lugar, a un sitio que nadie me conozca. Empezar de cero como dice aquella vieja balada.

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