Maggie
Nathan había sido pedido por Berlín a una reunión extraordinaria. Asegura no saber nada al respecto, pero tengo la impresión de que no es así, dice sólo saber que recibiría inducción del cargo, pero no los motivos por los cuales se había adelantado su ascenso.
—Se supone que era al final del juicio. Que fue un trato entre Justin y su padre —le recuerdo—tú me lo dijiste.
Estamos dentro de nuestras habitaciones, así que salgo al no escuchar respuesta. Quizás no me escuchó, pero lo descubro dejando la maleta en un costado de la entrada de su apartamento. Al enfrentarme observa la cadena que Justin me había dado.
—Te pedí ocultarla.
No entiendo los motivos, la de Justin siempre esta oculta. No hay manera de asociarla con algo entre él y yo. Nathan piensa distinto, para él la situación de Justin es bastante delicada. Tomo el dije entre mis manos y la guardo por debajo de mi camisa.
—¿Qué pudo cambiar? —vuelvo a arremeter con preguntas.
Vestido en traje azul media noche, camisa celeste. La novedad en su atuendo este día es la ausencia de corbata, pues asegura no llegara a la empresa directamente.
—No tengo idea que sucede. Prometo contarte en cuanto sepa algo —sigue diciendo al notar mi silencio.
Habla al fin acercándose a mi dejando un beso en mi frente. Algo me dice que Justin tampoco me lo dirá por temor a que me sienta incomoda. Ha sido prudente cuando se trata de hablar de su padre y los problemas que hay entre ambos.
Que se existen y son bastante fuertes.
Me ha mantenido al margen de ellos, pero algo me dice que tengo que ver. Mi mayor miedo es que los conflictos toquen a Nathan. Su entusiasmo por esta nueva etapa en su vida es inmenso. La última persona que debería resultar afectada sería él.
—Te llamo en cuanto tenga oportunidad —promete y afirmo —no hagas tonterías y no prestes atención a los chismes de oficina.
—Sí señor. —respondo con solemnidad y afirma serio. —no volveré a dormir en esa casa hasta que no seamos libres.
—Más les vale y no lo digo en plan de hermano celoso Maggie.
—Lo sé —comento abrazándome a él. —cuídate mucho y regresa pronto. —le pido.
Un mes atrás Justin me había pedido matrimonio con intenciones de casarse al finalizar el juicio, pero entendió que yo necesitaba un tiempo. Lo nuestro en nada se asemejaba con lo sucedido con Connor, pero nadie podía juzgarme si estaba prevenida. Era tan conocedor de mis miedos y consciente de mi situación que sugirió vivir juntos y estuve de acuerdo.
Sellamos esa promesa amaneciendo con él. La primera vez que dormí entre sus brazos y me sentí como estar en el mismo cielo. Nuestros cuerpos desnudos eran uno solo, una mezcla perfecta de piernas y brazos.
Atrapada en él, con su rostro en el valle de mi cuello, me fue difícil zafarme. Tampoco quería hacerlo, al haber hallado el sitio y la persona correcta.
Era entre sus brazos que quería envejecer.
—Tú divorcio llegará primero. —su comentario me hace volver a la realidad y sonríe al darse cuenta mi distracción. —no necesitas de mí más que para recibirlo. Te llegará en cualquier momento.
Connor había decidido no seguir con ese litigio, aceptando todos mis pedidos tiempo después. Contrario a lo que creí no hizo demanda contra Justin. Mi hermano decía que divulgo ese incidente en el juicio de su amante, pero tuvo la trascendencia esperada. Por eso (según Nathan) pudo no querer extender el conflicto. Justin decía que lo hizo porque había más dinero en juego con Keira y él, que en cualquier situación.
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infieles
عاطفية¿Qué harías si un buen día descubres que tu esposo, te es infiel y que la coprotagonista de esta historia es tu mejor amiga? Sí. Tu mejor amiga, aquella con la has compartido buenos y malos momentos, la misma que quiso casarse el mismo día que tú lo...