El Retorno del Nigromante.

Onceava página: El poder de las drogas.

Un joven estaba parado en medio del bosque, los débiles rayos del sol se filtraban a través de las hojas de los grandes árboles, frente a él estaba un conejo del tamaño de un perro pequeño.

"De verdad... que increíble, nunca espere encontrarme con esto" murmuro el joven con extrañeza.

Y porque no, el conejo frente a él no era nada especial, además de su anormal tamaño, con solo pensar que tan grande serían las otras especies de animales hacía que su corazón latiera más rápido de la pura emoción.

"Bueno me esforcé mucho para conseguir esto" dijo mientras sacaba un pequeño frasco lleno de un liquido de color celeste semi-transparente.

'Las plantas y otros ingredientes que se usaban para fabricar la "tinta" ya no existen en esta era por diversas razones, como el ambiente en el que crecían desapareció o simplemente se extinguieron, es por eso que en su lugar use a sus "descendientes" para fabricar la "tinta".

Al igual que el dragón dio a luz a diversas sub especies como los dracos, hidras, wyverns y demás las plantas hacen más o menos lo mismo pero con sus obvias diferencias, solo tuve que buscar a sus "descendientes" y fabricar la "tinta", claro la diferencia de calidad es abismal entre la original y mi imitación' pensó el joven mientras en su rostro se dibujaba una leve sonrisa.

Este joven era el nigromante y actualmente esta por hacer su primer sello de esclavitud en dios sabe cuantos años.

Sin perder más tiempo agarro al conejo y comenzó a dibujar un raro circulo con lo que parece ser una cresta en medio, el conejo se resistía e intentaba huir pero el nigromante lo tenía fuertemente sujetado con manos de barro que salían del suelo.

Cuando se completo el grabado del sello de esclavitud en el cuerpo del conejo, este dejo de moverse como si fuera una marioneta a la que le cortaron sus hilos, el nigromante asintió con satisfacción ante tal vista, ya que esta era la prueba de que el sello de esclavitud esta funcionando.

"Suicídate" murmuro el nigromante.

Los esclavos no piensan, los esclavos no traicionan, los esclavos son seres que les arrebataron todo así que aún que se les pida que acaben con su propia vida.

Con la orden del nigromante el conejo empezó a retorcerse y a temblar, estaba sangrando por todos sus agujeros, luego de un par de minutos de chillidos de agonía de parte del animal este dejo de moverse, sus chillidos de dolor e agonía cesaron y su vida llego a su fin.

El nigromante miro el cadáver sin ninguna expresión en su rostro, agarro el animal muerto con sus manos y lo sostuvo sobre su cabeza, su rostro lentamente apunto al cielo para mirar al animal muerto, luego de un par de segundos sin hacer nada el nigromante abrió su boca a la vez que también dejaba caer el cadáver del animal dentro de esta.

El nigromante devoro de un solo bocado el cuerpo sin vida del pobre conejo, dando una demostración del porque fue llamado un monstruo.

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'Como pensé sin importar que o como lo haga, todo es igual, como un sueño que desaparece al momento de despertar, rápido, fugaz y sin razón alguna, se que esta mal jugar con la vida de otros seres vivos...

Se que esta mal... pero no puedo evitarlo, el jugar, el asesinar me da claridad y una razón para seguir adelante, tal vez es como dijo nueve, el haber devorado tantas almas y cadáveres me han afectado mentalmente...' . 

El nigromante sacudió la cabeza para eliminar esos pensamientos de su cabeza, sabía que su mente su cuerpo y su alma anhelaban el campo de batalla, ya que había pasado prácticamente toda su antigua vida como un arma viviente mudando se de campo de guerra a campo de guerra.