Décimo séptima página: Baal, El terceo VS Remiel, El quinto.

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"BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL HIJO DE PERRA TE ESTABA ESPERANDO".

"Ha pasado mucho tiempo, Remiel".

"Sabes, cuando me entere que estabas vivo me dirigí de inmediato hacía aquí, volé desde las costas de suroeste hasta los bosques del norte solo por ti".

Mientras decía eso Remiel reía como un loco, contrastando más aún si imagen de un santo y pareciendo más un loco cualquiera.

"Nadie te dijo que hicieras tal cosa, Remiel. Además dime, ¿Qué asuntos tienes conmigo que te llevo a cruzar medio continente?".

"Vamos Baal, no seas así conmigo, no nos hemos visto en años y ¿así me tratas?, me duele el corazón que mi querido hermano me trate con tanta frialdad".

Dijo Remiel mientras ponía sus ojos llorosos, obviamente Baal no se iba a tragar tremiendo mierda así que solo lo miró con aún más frialdad.

"Ya deja tus cuentos y dime el porque invadiste mi zona de caza, esto claramente es una violación a nuestro acuerdo".

"Si, si, el acuerdo, aún recuerdo eso, pero en ese entonces tenías la fuerza necesaria para hacerlo cumplir pero ¿ahora?, no eres más que un residuo de lo que una vez fuiste, así que no podía dejar pasar esta oportunidad".

"Ya veo..." murmuro Baal.

Al siguiente momento se encontraba frente a Remiel, estaba en el aire con el pie justo delante de su rostro, antes de que Remiel pudiera reaccionar una gran explosión ocurrió justo delante de su rostro.

Remiel salió disparado y mato a varias personas en su camino, pero aún así Baal no salió ileso, ya que una gran espada se podía ver en su vientre que salía por su espalda, la sangre fluyo como un río pero Baal ni se inmuto en lo más mínimo, ya que simplemente saco la espada como si nada.

En ese momento también se podía ver a Remiel, tenía ambos brazos desechos y parte del rostro quemado, ya que al parecer sacrifico sus brazos para minimizar el daño en las partes importantes de su cuerpo.

Al momento siguiente su cuerpo fue cubierto por partículas de luz que curaron rápidamente sus heridas, como si nunca hubieran existido en primer lugar, en cuanto a Baal también se estaba curando pero no de la misma manera que Remiel.

Ya que pareciera que una capa de carne nueva era creada para al siguiente momento devorar a la vieja carne, dando una escena bastante grotesca, los espectadores no pudieron evitar vomitar, incluso los soldados no pudieron evitar sentir asco ante tal grotesca escena.

"Como era de esperar... ni siquiera posees el 1% de tu poder.... ese ataque no poseía la fuerza, la masa o el maná necesario así que el resultado fue obvio, imaginaba que estarías en un estado debilitado pero nunca imagine que tanto, si hubiese recibido ese mismo ataque cuando estabas en tu punto máximo habrías muerto.

Siéntete honrado, Baal. Yo, el gran Remiel, acabare con tu inmunda existencia y te purgare de este mundo".

Cuando dijo eso su cuerpo se cubrió con una armadura plateada-dorada a la vez que una gran espada de luz super comprimida se creaba en sus manos. Remiel era de la familia de los ángeles, más precisamente un arcángel, así que la luz era un segunda naturaleza para él.

"Entonces vamos".

Sin decir más, Baal creó también una armadura, solo que esta estaba hecha de oscuridad, una gran lanza en su mano derecha, mientras una más corta en su izquierda, la derecha creada a partir de fuego, oscuridad y viento, en cambio la izquierda estaba hecha a partir de electricidad, tierra y viento.

Si Remiel parecía un soldado de los cielos, Baal parecía un caballero salido del mismo infierno. Ambos se prepararon para atacar, pero al pasar el tiempo y al ver que Remiel no se movía, Baal decidió dar el primer movimiento.

El Retorno del Nigromante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora