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Capítulo 23

Lisa se despertó después de once horas de sueño. Respiró profundamente, sintiéndose bien descansada aunque sus músculos se sentían un poco desconectados, como más pesados de alguna manera. Estaba sola en su habitación. La puerta estaba abierta; podía ver a Jennie desde la cortina hablando con Seulgi.

Se acomodó en una posición más cómoda. Estaba aburrida. Llevaba siete días acostada desde que se despertó. Seulgi sólo le permitía levantarse y caminar un poco. Básicamente, hacía lo mismo que una bebé. Quería hacer más cosas. El muslo derecho ya no le dolía tanto como antes. Extrañaba el aire fresco y el resplandor natural del sol. Pero sobre todo, anhelaba volver a tener a sus hijos en sus brazos.

"Buenas tardes, señora Manobal. ¿Ha descansado bien?" Seulgi, con la mano metida dentro de su bata de laboratorio, saludó a Lisa con una sonrisa.

"Sí, lo hice, Dra. Kang. Gracias", Lisa sonrió ampliamente. "Hola".

"Hola". La intención de Jennie era darle un beso muy rápido pero Lisa lo convirtió en un profundo y largo beso en su lugar.

"Qué asco". Seulgi murmuró en voz baja.

La cardiocirujana lo oyó. Se rió y soltó a su esposa. "Amor, llevas flequillo suelto".

Por una fracción de segundo, Jennie se tensó.

"Pero le queda bien. De todos modos". Seulgi dio una palmada y desvió la atención hacia Lisa. "¿Cómo te sientes exactamente hoy?"

"Estoy bien. Seul-"

"Ahora es Dra. Kang, no Seul. Sé que cuando dices ese nombre, significa que estás usando la ficha de mejor amiga. Bueno, ¿adivina qué, munchkin? No va a suceder hoy. Necesito que pases desapercibida hasta que la herida se cure bien". Seulgi se acercó al lado de Lisa. "El daño fue bastante grande, Lisa. Sé que los extrañas. Pero espera un poco más, ¿de acuerdo? Porque te conozco para que no te reprimas cuando los veas. Tu cuerpo aún no está preparado".

Lisa apartó la mirada. Apretó la mandíbula con fuerza. Seulgi no entendía sus sentimientos. No tenía hijos propios. La videollamada no era suficiente. Necesitaba verlos, tenía que abrazarlos. No conocía este fuerte y urgente deseo de tocar a los trillizos.

"Lis..."

"Sólo haga su trabajo como médico, Dra. Kang".

Seulgi miró a Jennie, que le sonrió disculpándose. La cirujana general procedió a hacer el examen necesario a su paciente. Luego se excusó con Jennie siguiéndola.

"Seul, lo siento. Está desesperada y..."

"Eso está totalmente bien, Jen. No tienes que disculparte por su comportamiento. Es una idiota. Siempre actúa así cuando no consigue lo que quiere. Soy inmune a ella".

"Eso no está bien. Después de todo lo que le has hecho, no podría arremeter contra ti".

"No sabemos realmente lo que pasa dentro de su cabeza", Seulgi bajó la voz. "Su trastorno de estrés postraumático puede volver, pero hay criterios para eso, o podría ser un trastorno de estrés agudo, no lo sé. No es mi caso, pero no me tomo a la ligera lo que pasó anoche. Veremos cómo va, ¿de acuerdo? Espero que esto sea sólo algo puntual. Mientras tanto, si hay que hacerlo, la consultaré al psiquiatra. Ya veré cómo hablar con ella".

"Yo también quiero estar ahí para ella, Seul. No quiero quedarme sentada dejando que lo haga todo sola. Soy su esposa. Esta es mi lucha, también".

"¿Realmente tienes el corazón para mostrarle ese moretón?" Seulgi señaló la lesión considerablemente grande en su sien. "Es muy probable que ella se vaya, diciendo que el clásico no quiero hacerte daño y todo eso".