Capítulo 29

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El silencio era abrumador. Lisa se negó a acercarse, y cuando Jennie intentó acortar su distancia, se alejó.

"Lis-"

"¡Nunca aprendes!" gritó Lisa haciendo que la otra se estremeciera. "¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! ¡Confío en ti! ¿Por qué has hecho esto a mis espaldas? ¡¿No he hecho suficiente por ti?!"

Jennie no dijo nada. Se mordió el labio superior, reprimiendo el temblor mientras miraba a su pareja delirar como una loca.

"Sabes exactamente lo que quiere de ti. ¿Por qué no lo ves, eh? ¿De verdad estás tan ciega? Está tratando de destruirnos y tú se lo permites".

"No, no es así. Tú eres la que intenta separarnos". Su voz se quebró cuando dijo eso.

"¡¿Te estás escuchando?!"

"Basta." Jennie exhaló un suspiro frustrado. "Deja de gritarme. Los bebés están dormidos. Quiero hablar contigo. Esto no resolverá nada".

Lisa se dio la vuelta. Con las manos en las caderas, trató de mantener la compostura. La ira, la decepción y el miedo se habían fundido en uno solo. Era confuso y doloroso.

"Lisa, mírame, por favor..."

"Necesito un descanso". Lisa se acarició el cuello en un intento de aliviar la tensión. "Estoy hecha una mierda. No puedo pensar. No quiero hacerte daño".

"¿Qué quieres decir con un descanso? En el matrimonio no hay ruptura, Lisa. Ruptura significa divorcio. Tú... tú no puedes... no. Tú... tú..."

"No." Lisa levantó la cabeza, mirando a la pared. "No es eso. Necesito un tiempo fuera. Necesito tiempo para pensar y resolver todo".

"¿Aún me quieres?"

"Lo hago. Pero no es el mejor momento de nuestras vidas. Tal vez, hay cosas que no he entendido de ti, de mí. Trabajaremos en ello pero ahora, quiero estar sola. Sólo déjame tranquila".

"Ya no puedes ni mirarme". Su pecho se sentía tan pesado. La presión era demasiado. No sabía cuál era la posición de Lisa. Una explicación sería inútil. No la escucharía. Darle lo que quería era la mejor opción, al menos por ahora. "¿Así que te irías de esta casa? ¿O quieres que me vaya?"

"Ninguna de las dos cosas". Lisa sostuvo el pomo de la puerta. "No estoy dispuesta a poner en peligro a mis hijos. No se lo merecen. Me quedaré con la habitación de invitados".

Entonces Lisa se fue. Jennie finalmente dejó caer las lágrimas.

¿Fue realmente un gran error? No había hecho nada malo. Nunca había tenido una reunión sin otras personas en la sala. Estaba siendo profesional. No engañó a Lisa. ¿Por qué Lisa la acusaba, la trataba, la culpaba como la malvada?

Tal vez, Lisa no la quería ni confiaba en ella tanto como decía.


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Se calmó.

Casi había amanecido y no tenía ni una pizca de sueño. Era horrible descansar en esta cama -o en cualquier cama- sin su esposa a su lado. El vacío era horroroso.

"Tú eres la que intenta separarnos".

Cuanto más pensaba en esta frase en concreto, más confusión tenía. ¿Por qué? No había hecho nada. La culpa no era suya.

¿Qué quería decir Jennie con eso? Cierto, probablemente debería preguntar antes. Estaba tan enfadada que no se molestó en escuchar la razón de Jennie, en dejar que se explicara. El clásico error estúpido y egoísta que siempre cometía.

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