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Capítulo 2

Jennie llamó al padre de Lisa para preguntarle por la dirección del apartamento. Ambas no habían visitado nunca la casa desde que sus padres se la mencionaron.

Cuando Lisa detuvo el automóvil en la zona fina, no pudo evitar sorprenderse. "Nena, ¿estás segura de que éste es el lugar?".

"Sí, el GPS lo dice". Jennie volvió a comprobar la dirección para asegurarse de que no estaban en el lugar equivocado.

"De acuerdo." Lisa se desabrochó el cinturón de seguridad y Jennie la siguió. "Entremos. Papá dijo que había informado al guardia".

Jennie enlazó su brazo con el de Lisa durante todo el camino hasta su nuevo complejo de apartamentos. Charlaron un poco con el amable guardia por educación.

"Por aquí, por favor". El guardia condujo a la pareja hasta la lujosa puerta y sonrió. "Creo que tienen el código de acceso".

"Gracias". Lisa asintió un poco. "¿Vamos?" Preguntó a su esposa. 

Lisa marcó la contraseña y el guardia les abrió la puerta. "Bienvenida, Sra. Manobal".

Caminaron hacia delante mientras miraban a su alrededor. El guardia les cedió algo de espacio, así que se quedó junto a la puerta por si necesitaban algo. Las dos mujeres no podían creer lo que veían ante sus ojos. Intercambiaron una mirada.

"Bueno..."

"Esto es demasiado".

"Absolutamente." Lisa estuvo de acuerdo. "¿Lo cancelamos o...?"

"Llamemos a papá". Jennie buscó el número del padre de Lisa en su teléfono y esperó a que contestara la llamada.

"¡Hola, cariño!"

"Hola papá, necesitamos hablar contigo sobre la casa, ¿tienes tiempo?". Jennie escuchó que la madre de Lisa le preguntaba a su marido, ¿quién es? Luego hubo una larga pausa.

"¡Cariño!" Era la madre de Lisa. "¿Has visto la casa?"

"Sí, sobre eso..."

"Ni se te ocurra devolverla. No va a suceder". La anciana la interrumpió.

"Pero mamá, esto es demasiado. No podemos aceptarlo". Dijo Jennie en voz baja, no quería ofender a su suegra.

"¡Tonterías! Esa casa es preciosa, ¿verdad?".

"Sí, pero..."

"Sin peros". Habló con severidad. "Sólo tenemos dos hijas. No es pecado mimarlas un poco más. Tenemos que gastar nuestro dinero en algo".

"Mamá..."

"Déjame hablar con ella". Lisa pidió el teléfono. "Mamá, soy yo."

"Cariño, si Jennie no puede hacerme cambiar de opinión, entonces ni siquiera deberías intentarlo". Su madre se rio con ganas, haciendo que Lisa pusiera cara de asco. "De todos modos, tu padre y yo iremos a Osaka este fin de semana. ¿Quieres algo?"

"Lego Star Wars edición limitada". Murmuró. Odiaba que su madre usara la autoridad y la convenciera de algo que no podía rechazar. "Y la Isla Prisión". Lisa añadió rápidamente.

Jennie la miró incrédula y aceptó el teléfono que Lisa le ofrecía. "Muy útil". Miró fijamente a su otra mitad.

"Querida, es un regalo nuestro. Nunca es demasiado. Te ayudaré a hacer las compras y los arreglos, porque obviamente no puedes contar con Lisa para esto", soltó una carcajada. "Trata de llamar a tu otra mamá, a ver si está libre, así podemos conseguir más manos".

Jennie suspiró sutilmente. No había forma de que pudieran escapar. "Gracias, mamá. Definitivamente la llamaré más tarde".

"¡Genial! ¿Quieres algo de Japón?".