Capítulo 5

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Manigoldo se encontraba hablando por teléfono con Ilias preguntando como estaba Max, pero en un descuido no pudo evitar sacar el tema de Albafica, Ilias no tardó en expresar su preocupación sobre la salud mental de Manigoldo pues a través de los años esta no era la primera vez que Manigoldo afirmaba ver a Albafica.

-Manigoldo-dijo Ilias-debes dejarlo ir, debes aceptar la realidad de que Albafica jamás va a regresar.

-no te preocupes estaré bien-calmando a Ilias-lo prometo.

Manigoldo colgó el teléfono para después recostarse contra la pared y pasar su mano por sus cabellos, realmente toda esta situación lo estaba cansando se apartó de la pared y camino por el cuartel buscando a Kardia, realmente necesitaba desviar el tema de Albafica y concentrarse en otras cosas.

-¿dónde está?-se preguntó así mismo mientras buscaba a Kardia.

-Manigoldo-se escuchó la voz de Kardia que venía con unos papeles en las manos-tenemos que hablar-jalando a Manigoldo del brazo y metiéndolo al baño.

-¿de qué se trata?-preguntó integrado viendo como Kardia le pone seguro a la puerta.

-encontré esto bajo tu almohada-mostrándole los papeles que le había dado Degel-te has vuelto loco.

-recuerdo que me dijiste que me ibas a apoyar en lo que sea-poniendo sus manos en las caderas.

-eso no significa que puedas hacer que descubran a nuestro espías-sacudiendo los papeles en la cara de Manigoldo-esto se te puede salir de las manos, estas arriesgando nuestro futuro y el destino de la guerra.

-escucha Kardia-quitándole los papeles-no tiene por qué preocuparte, además ciento que hay algo más oculto aparte de Albafica.

-¿qué cosa?-pregunto curioso.

-aún no se-suspirando-solo te pido que confíes en mí.

Kardia solo dio un largo suspiro y se pasó las manos por el cabello-no me dejas muchas opciones-dijo caminando hacia la puerta del baño-al menos ponme al día para saber si tengo que salvar tu trasero-saliendo del baño.

Manigoldo solo negó con la cabeza y guardó los papeles entre sus ropas definitivamente tenía que buscar otro escondite o devolvérselos a Degel para que no sospecharan, camino hasta la oficina de Degel y este se encontraba revisando algunas cosas cuando Manigoldo le dejo la información en el escritorio.

-gracias por la ayuda.

-no tengo idea de cómo me convenciste en hacer esto-tomando el folder y guardándolos-solo espero que no hayas agitado mucho las cosas.

-tranquilo-rascándose la nuca-si me descubren aceptaré toda la culpa.

-las cosas no funcionan así-dándole una fría mirada-lo que haces va en contra de las reglas y también el hecho de que arriesgas todas las operaciones en cubierto, definitivamente yo también seré castigado ya que te di acceso a la información-quitándose los lentes-sin mencionar a los que ayudan a encubrir tus huellas-suspirando-solo ten cuidado y no llames mucho la atención.

-entiendo-caminando hacia la puerta-no tienes por qué preocuparte-saliendo de la habitación.

Manigoldo estaba caminando por los pasillos cuando un soldado se le acercó y le entregó la carta y se fue sin decir nada, Manigoldo miro extrañado el sobre pues el único que le escribía era Ilias, le dio la vuelta al sobre y no tenía remitente sin más lo abrió y no parecía nada fuera de lo común.

-qué extraño-mirando el sobre.

Al ver el sobre más de cerca vio que era un código escondido miró a su alrededor y se fue a otra habitación en donde comenzó a descifrar lo que estaba escondido, cuando terminó vio que era un mensaje de Aspros y que quería que fuera al mismo lugar en el que se habían reunido la noche anterior.

Susurros en el jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora