Capítulo 7

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Después del ataque en la mansión Sólo, Arnold una vez que dejó a su familia en un lugar seguro comenzó la búsqueda de Manigoldo ya sea vivo o muerto ya que no iba a permitir que un soldado fuerte como él muera en esta situación.

Mientras tanto en el cuartel Kardia fue informado sobre la situación de Manigoldo por supuesto que estaba preocupado por su mejor amigo, pero de igual modo temía que sus sentimientos por Albafica lo hayan nublado y lo hayan llevado a la muerte.

-Kardia-se escuchó la voz de Degel-escuche lo que pasó.

-le dije que debía ignorar sus sentimiento por Albafica-recostándose contra la pared-ahora él es el enemigo y no había nada que hacer.

-entonces si tu estarías en esa situación vas a ignorar ese sentimiento.

Kardia quiso responder, pero rápidamente cerró la boca pues en teoría Degel tenía razón, en eso se les acercó otro soldado con una carta que estaba dirigida a Manigoldo, Kardia tomo la carta y al igual que la primera esta no tenía remitente lo cual les pareció extraño a los dos.

-¿Qué será?-dijo mientras abría el sobre-solo es una carta de su familia.

-es un mensaje encriptado-quitándole la carta a Kardia-ven-caminando hacia su despacho seguido de Kardia-he visto muchos de estos-sentándose en su escritorio y dejando la carta-los usamos para mandar mensajes sin que nadie sepa lo que estamos tramando.

Degel comenzó a trabajar mientras era observado por Kardia, Degel término y el mensaje era de Aspros que pedía que lo viera en la noche en el mismo lugar de siempre. Degel no sabía a qué se refería, pero Kardia si asique solo le dijo a Degel que no se preocupara que lo tenía cubierto y que cuando descubriera que era los que quería Aspros se lo diría de inmediato.

Degel asintió mientras Kardia tomaba la carta y la escondía entre su chaqueta ya que no podían permitir que esta carta llegará a las manos de alguien más si no se meterán en serios problemas. Por otro lado Arnold había llegado al cuartel y fue a buscar a Sage que se encontraba trabajando en su despacho.

-aun nada-dijo Sage mirando al recién llegado.

-no-negando con la cabeza-pero no descansare hasta encontrarlo vivo o muerto.

-te esfuerzas mucho por encontrar a Manigoldo-apoyando sus codos en la mesa y entrelazando sus manos-aunque me duela realmente debemos concentrarnos en esta guerra.

-ya me conoces-sonriendo-además le debo la vida de mi esposa e hijo, es lo menos que pudo hacer para decirle que estoy eternamente agradecido.

-entiendo-asintiendo y mostrando una sonrisa-buena suerte en tu búsqueda.

-solo espero encontrarlo con vida-caminando hacia la puerta.

-Manigoldo es fuerte, y aunque no lo parezca se aferra mucho a la vida

Mientras tanto Minos estaba más que furioso, no solo porque no se completó la misión sino que tanto Albafica como Manigoldo estaban desaparecidos y los dos soldados que había enviado estaban muertos, los rumores de que Albafica había despertados comenzaron a escucharse, pero como no se tenían pruebas solo lo dejaron como desaparecido.

Minos caminaba por los pasillos hacia la sala de reuniones donde ya estaban varios generales discutiendo sobre qué hacer con la situación de Albafica, Minos entró y se quedó parado con los brazos cruzados detrás de los generales.

-muy bien Minos-dijo un general-como sabes la misión de matar a Sólo fue un rotundo fracaso.

-pero no todo está perdido-dijo otro-al menos tenemos un informe de que Manigoldo está muerto.

Susurros en el jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora