Capítulo 9

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Albafica ya no sabía que hacer el asunto de Manigoldo lo tenía confundido, los sueños lo estaba viviendo loco y también está el asunto de Minos sabía que él le estaba ocultando cosas y la verdad nunca le dio curiosidad.

-sé que no quieres hablar-dijo Arnold-pero si cooperas podemos darte protección.

Albafica solo desvío la mirada Arnold suspiro y salió de la habitación realmente era difícil tratar con Albafica, cuando Albafica quedó solo se levantó y trato de buscar alguna salida.

Salió de su habitación y camino por los pasillos evitando a las enfermeras. Entro en una habitación y encontró algo de ropa para poder cambiarse, recogió su cabello y se puso un sombrero.

Albafica salió del hospital y camino hacia la estación de tren más cercana, cuando llegó se buscó entre los bolsillos y encontró algo de dinero, compro un boleto y subió al tren.

En su camino de regreso medito sobre Minos y Manigoldo, también tenía curiosidad por el jardín con el que había soñado, pero no sabía en dónde estaba y tampoco recordaba la cara del niño que apareció en sus sueños.

-¿Qué debo hacer?-escondiendo su rostro entre sus manos.

El tren llegó hasta su destino y Albafica bajo, camino sin ser visto por la frontera y camino hacia los cuarteles. Cuando llegó fue recibido por varios soldados y entre ellos estaba Minos quien solo lo miraba con una sonrisa, los generales citaron a Albafica para poder interrogar lo.

-cuentas todos desde el principio.

Albafica comenzó a contar lo que había pasado en la mansión y de que los dos soldados que mandaron para ayudarlo no fueron de mucha ayuda.

-nosotros no mandamos más soldados-dijo una de los generales golpeando la mesa.

-después resolvemos ese asunto-dijo otro-continua.

Albafica continuo con su relato obviamente omitiendo la parte en la que ayudo a Manigoldo y de que los dos terminaron cayendo en el río.

-luego fui encontrado por el enemigo, me atendieron esperando obtener información de mí, y el momento justo me escape.

-¿Qué hay de Manigoldo?

-no lo sé-negando con la cabeza-lo más probable es que esté muerto, pero por lo que tengo entendido aún no encuentran su cuerpo.

-eso es todo.

-si.

-bien-suspirando-puedes irte a descansar.

Albafica salió y camino hacia su habitación, se quitó la camisa y vio las vendas alrededor de su abdomen, se puso su camisa junto con una bufanda para después sentarse en su cama.

En eso la puerta se abre y entra Minos con una tenebrosa sonrisa que estremeció a Albafica, Albafica retrocedió lentamente, pero Minos lo tomo por las manos y lo acostó en la cama y comenzó a besar ferozmente los labios del peli celeste.

-no-dijo con un gemido-duele.

-descuida-susurrándole en el oído-no soy un monstruo como para hacerlo cuando estás herido-pasando su mano por las vendas.

Albafica comenzó a temblar esperando que Minos no llegará lejos, pero Minos solo lo devoró a besos y después se fue dejando a Albafica con unas ligeras lágrimas en los ojos.

-Manigoldo-susurro encogiéndose y tratando de olvidar todo a su alrededor-ayúdame.

Mientras tanto con Degel este aún se encontraba en el hospital esperando noticias de Kardia, Arnold estaba hablando con unos soldados sobre Albafica.

Susurros en el jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora