¿Estás bien?

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Yamaguchi*

La escena que presencié hace tan solo unos segundos desapareció con la simple presencia de Tsuki, venía hacia mí con presura y algo de desesperación.

-¿Estás bien?- me apresuré en preguntar al verlo con la cara un poco manchada de tierra.

-Si si yo estoy bien, solo... Me duele un poco el cuello, ese enano me tomo muy fuerte de ahí.

No entendí muy bien en ese momento porque pero mi pecho comenzó a doler al imaginar una escena muy distorsiona de ellos dos, siendo muy.... Cercanos.

Lo tome de la mano y lo conduje hasta el cuarto que compartía con Kageyama, lo senté en la cama, luego abrí mi mochila y sin decir ni una palabra comencé a limpiar su rostro con un paño húmedo, comencé por su frente luego sus mejillas hasta que finalmente acabe en sus labios, de solo imaginar a otra persona besando esos agrietados labios me daba una rabia inmensa.

Bueno, supongo que no era tan importante en su vida como para que me cuente algo tan importante, sí... De seguro ellos estaban en una relación hace ya bastante tiempo, eso explicaría los extraños sonrojos y esas miradas que evitaba cruzar conmigo.

¿En verdad solo me desechara?

Hinata *

Llegamos a un comedor cansados y sudando, tuvimos otra de nuestras competencias, fue un casi empate eso sumaban 50 victorias para mí y 51 victorias para él.

-Oye ¿no tomarás leche?- cuestione algo confundido, pues cuando se sentó pidió una chocolatada y eso era histórico - ¿Eres idiota? La chocolatada tienen leche- me respondió volteando los ojos y con una mano jugueteando en el aire, yo asentí enérgicamente, recién caía en cuenta de que era verdad eso que afirmaba.

Al saber más cosas de Kageyama mi corazón se aceleraba un poquito más, ya no quería esto a veces dolía y en otras ocasiones era mi estómago, este daba muchas vueltas justo como ahora, era verdad tenía que soportar todos esos dolores para poder cumplir la promesa que hice con Kageyama.

Suspiré y vi como el chico sentado a mi lado tomaba relajado su taza, que estaba muy caliente a mi parecer.

- Déjame probar, mi bebida se está tardando, porfavoooor- supliqué con las manos juntas y cerrando los ojos, algo extraño paso, él no me golpeó ni me mandó a volar , en realidad tomo un sorbo más y me la entregó.

- Cuidado te quemes idiota- me gustaba ese lado Kageyama.

Sonreí para mí y le di un sorbo, al principio no entendía el por qué, pero el chico que estaba a mi lado se sonrojo demasiado. Luego de unos segundos caí en cuenta de que tome de el mismo lado que él, ¿eso contaba como beso indirecto? Oh dios desperdicié mi primer beso con una taza, ¿algo podía salir peor?

Pero, ¿porqué Kageyama no decía nada si se había dado cuenta de mi gran error? De seguro la leche tenía un componente tóxico y que solo se activa cuando los que no están acostumbrados a la leche lo probaban.

Si de seguro era eso, porque mi estómago otra vez comenzó a dar vueltas, tenía que ir al baño, no dije nada, tan solo le mandé una mirada dolida y fui corriendo al baño.

Kageyama trato de seguirme, lo vi cuando le levanto de su asiento y comenzó a caminar algo rápido detrás de mi, gracias a esto ahora estaba corriendo y no se porque pero de mis ojos no dejaban de caer lágrimas.

Él mismo hace un rato me dijo que no podía morir y ahora me intoxicaba, de alguna forma mi corazón también dolía gracias a esto.

Llegué a la entrada del baño, pero no era el único, alguien estaba tras de mi, trate de controlar mi respiración y los jadeos tristes que emanaba pero era algo imposible y estos aumentaron su intensidad cuando volteé y vi a ese pelinegro con las mejillas rojas.

Me deje caer en el suelo y ahora solo lloraba mirando como una hormiguita llevaba una hoja muy grande para ella.

- Hinata... ¿Por qué lloras? Ya no llores es raro, también siento algo aquí y no me gusta- demandó Kageyama tocándose el pecho con desesperación.

- ¿Eso quiere decir que moriremos? Bueno... Si morimos lo haremos juntos ¿no?- al escuchar estás palabras salir de mi propia boca sentí un cosquilleo en mi espalda e instintivamente me cubrí la cara con las manos.

- Si tú estás de acuerdo, yo puedo morir a tu lado, pero eh... Solo seria para que no mueras antes que yo- afirmó tartamudeando y algo nervioso.

Ahora estaba mejor, mi hambre no se había ido a ningún lado por lo que tome las manos de mi compañero y volví al comedor, supongo que ahora tenía el primer beso de Kageyama, eso nos hacía estar en las mismas condiciones.

Tsukishima*

Mi lindo amigo pecoso se quedó examinando mis labios por un buen tiempo, incluso se notaban como dos lindos ojos se ponían tristes y una lágrima amenazaba con salir.

- ¿Yamaguchi? Basta, ya no tengo tierra en la cara mejor ve a dormir ya es tarde, mañana tienes que practicar tus saques- termine de decir esto y me levanté de su cama, quería abrazarlo pero eso no iba conmigo.

- Si... Lo siento, lo siento yo... creo que tengo sueño, debo dormir ... Buenas noches Tsuki- Yamaguchi me miró con ojos deseosos de decir algo más pero tampoco iba a forzarlo para que hable, aunque no podía negar que me dolía demasiado el hecho de verlo así.

- Buenas noches Yamaguchi - me despedí y salí rápido de ese pequeño cuarto, en cuanto salí sentí como mi cara comenzó a quemar, no esperaba tener está clase de sentimientos tan débiles, algo no encajaba, necesitaba entrar y disculparme, pero ya era tarde. Lo hecho, hecho estaba.

Debería dejar de tratar a Yamaguchi como si no fuera mi amigo, era mucho más que eso, era prácticamente mi alma gemela, claro que si lo ponías en el contexto de amistad supongo.

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Y así los cuatro chicos terminaron su día, con sentimientos algo desconocidos para todos.

Campamento de cuatro [ Kagehina ] [Tsukiyama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora