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El primer amor
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-Amor escúchame. La vida es muy difícil y habrá días muy oscuros para ti de ahora en adelante pero prométeme que pase lo que pase nunca dejarás de sonreír. ¿De acuerdo amor?-
-Si mamá. Te lo prometo-
Esa fue la última conversación que Shoyo tuvo con su madre ya que tan solo unas horas después su madre murió dejándolo completamente solo con tan solo 5 años.
Shoyo aún era muy pequeño para entender que su madre no iba a regresar más. En la pequeña mente del pelinaranja su madre estaba dormida y despertaría en cualquier momento.
Fue cuando la trabajadora social llegó por él al hospital que Shoyo entendió que su madre se había ido a "un lugar mejor", tal y como le dijo la mujer que llegó a por él para llevarlo a un orfanato.
El pelinaranja no tenía más familiares que se hicieran cargo de él, Shoyo alguna vez preguntó a su joven madre por su padre pero está le dijo que su progenitor simplemente se fue y los abuelos del pequeño habían corrido a su madre por haberse quedado embarazada a tan corta edad.
Shoyo estaba solo.
Cuando el pelinaranja llegó al orfanato fue cuando empezó su pesadilla.
Después de todo el pequeño estaba acostumbrado a una vida tranquila con su madre, tenían una pequeña pero acogedora casa, su madre siempre se encargó de cuidarlo y de jugar con él a pesar que trabajaba muchas horas.
Y en el orfanato no había nada de eso, no había abrazos cariñosos, ni una cálida sonrisa. Ese lugar era el más triste del mundo, lleno de niños huérfanos y de adultos a los que lo único que les interesaban era que ninguno de los menores a su cargo murieran.
Shoyo se quería ir de ese lugar pero había escuchado que las casa de acogida eran mucho peores que el orfanato así que siempre hacia algo para que nadie lo lleve del orfanato.
Así pasaron algunos meses en dónde Shoyo se las arreglaba para sobrevivir en ese lugar asqueroso aunque siempre tenía una sonrisa en el rostro. Tal y como le había prometido a su madre.
Durante las primeras semanas esperaba que sus abuelos vinieran por él pero no había ni rastro de ellos, así que poco tiempo después perdió la fe y se olvidó con ellos. Se hizo amigo de algunos niños del orfanato y de algunos de los adultos.
Sus cuidadores siempre le decían que era un niño alegre, ya que siempre sonreía, aunque Shoyo quería decirles que muchas veces quería llorar pero no podía por la promesa que le había hecho a su madre.
Fue un frío invierno que conoció a los ángeles de su vida. La familia Kageyama. La señora Kageyama llegó un día al orfanato para hacer una donación de juguetes y otras cosas.
Shoyo a penas la vio se dió cuenta que era una señora con mucho dinero. Su madre le había dicho que se podía identificar a esas personas por su forma de vestir y de actuar.
Kageyama Shion era una hermosa mujer de pelo negro, ojos azules y piel blanca como la nieve. En ese momento vestía un hermoso vestido rojo y un chaleco "afelpado" como le decía Shoyo.
La señora parecía amable y tenía una hermosa sonrisa en su rostro, razón por la cual varios chicos del orfanato se acercaron hasta la mujer pero Shoyo prefirió irse a jugar en el patio y es que esa mujer le recordaba a su madre y no quería llorar por eso.
El pelinaranja fue hasta la sección de juegos que había en el patio pero al llegar al lugar se topó con un niño pelinegro que le daba las espaldas.
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Mientras la vida me lo permita - |Haikyuu|
Fanfiction"En los momentos difíciles siempre sonríe, recuerda que siempre voy a estar contigo" Hinata Shoyo, siempre recordaría las últimas palabras de su madre y es que supo desde ese día que su vida iba a ser difícil, ya que estaba totalmente solo o eso pe...