Capitulo 26

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Y quisiera que ese momento jamás dejara de vivir en mi memoria...

Flashback:

Después de haberle dicho a Abdel que el Dr.Hussam era mi tío, se sorprendió y fue una reacción similar a la de Anas. Los dos se alegraron, pero después de que se abrazaran le pidió a mi tío que se fuera con él por un momento porque tenía algo que decirle, me causó tanta intriga que pregunté a Anas si tenía idea de algo pero el pobre estaba igual de confundido que yo. Dejé la curiosidad a un lado y me giré a ver la Creación de Allah. El aire era tan puro, no había tanta contaminación como cuando estaba en España y eso me alegraba. Anas se apoyó a la barandilla a una corta distancia de mí y contemplamos juntos las vistas. De él no sabía casi nada y siempre quería mantener una conversación pero no hubo momento para tal cosa, ese era un buen momento pero él ya tenía pensado su diálogo mientras que yo aún buscaba las palabras correctas.

-Me alegra mucho el hecho que estés otra vez con tu tío, Abdel me dijo sobre eso. -habló sin mirarme.

-Hay algo que no haya dicho de mí? -dije con un tono burlón.

-Sí...lo que le estará diciendo a tu tío ahora mismo seguramente...ese es su mayor secreto. -me confundió.

-A qué te refieres?

-Tranquila, pronto lo sabrás.- y al ver que no obtenía respuesta, me miró y dijo:- Créeme.- me quedé en silencio durante los dos minutos posteriores.

-Pero...pasa algo? Ahora me has hecho preocupar...Le ocurre algo a Abdel? -y al decir eso, se hechó a reír y me quedé más confusa de lo que ya estaba.

-Pero Anas! Sabías que me estás poniendo muy nerviosa?

-Ups, lo siento. No era mi intención -y siguió riendo. Qué rabia me dio entonces...No tardé en dejar solo a Anas puesto que mi descanso había llegado a su fin. Mientras andaba confusa por el pasillo vi como salía mi tio de su despacho y detrás suyo estaba Abdel, quise acercarme para comprobar que todo iba bien pero al ver que se detuvieron durante un corto período a hablar, no quise interrumpir. Me alejé de allí y me dirigí a la habitación 21, donde me esperaba una pobre mujer...Después de terminar mi jornada, el Dr.Hussam vino a mi encuentro y me hizo subir a la terraza, era ya de noche digamos las 10.

-Qué pasa? Porque me has hecho subir hasta aquí? Ocurre algo? -tenía muchísimas ganas que alguien me dijera de una vez qué estaba pasando.

-Mira, Nur...-mi corazón se encogió, se estaba preparando para algo...bueno o malo, aún lo desconocíamos.

-Tío, por favor! Dímelo de una vez, no sabes lo mal que me he sentido durante todo el día! -dije casi llorando, no sé pero mi sexto sentido empezó a funcionar.

-Tranquila, mi Nur. No es para nada malo, cariño.-y después de una pequeña pausa, pronunció lo que jamás iba a olvidar- Abdel me vino a decirme que quería casarse contigo, mi pequeña. -y esbozó una sonrisa, mientras que mi corazón encogido volvió a su posición normal pero latiendo más fuerte que antes.- Entonces, ahora debes tú decidir la respuesta, querida.- me quedé callada, no porque no queria ser la esposa de Abdel, no. Más, quería decir con todas mis fuerzas un Sí, pero no lo podía pronunciar. Todo hombre debería saber que si a una mujer le piden la mano y ésta sólo sonríe pero no dice nada, la respuesta es afirmativa, en canvio, si se salta con un No, la respuesta está clara. Mi tío, ya sabía eso y me comprendió.-Mi querida!- y me abrazó fuerte.

Fin del FlashBack

Extraño sería que me casara sin que mis padres lo supieran, extraño sería que me olvidara de ellos, como padres tenian el derecho de saberlo y por eso no los olvidé. Después de estar años sin hablar, mi tío llamó a mi padre y hablaron más de una hora, me sorprendí algo cuando visualicé unas cuantas lágrimas en los ojos del Dr.Hussam, digo esto porque a primera vista parece un hombre insensible pero no, dentro de él guardaba un corazón lleno de emociones. Al final de la conversación le explicó sobre mí y, cosa que dudaba, mi tío describió a Abdel como si fuera una persona perfecta, me di cuenta que él también deseaba nuestra unión. Te quiero, tío. Mi madre, al principio, se entristeció pero al ver que yo estaba feliz se tranquilizó. Lo que le preocupaba, sobretodo, era el hecho de quedarme para siempre en Palestina. Yo ya lo había supuesto desde el día que empecé a hacer la maleta. Debo admitir que me encontraba como algo sola sin mi madre, siempre había soñado el día de mi boda como el día perfecto con mis padres a mi derecha y mi marido a mi izquierda...

En el más AlláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora