Una semana después...
La rutina que había adquirido era demasiado aburrida; despertarme, leer y dormir. Y no digo que leer fuera algo cansado pero siempre se agradece algo de compañía, al menos oír una respuesta a mis dudas, una voz, no el eco de mis pensamientos. Mi madre siempre me decía que era la más impaciente y activa de todas mis hermanas, creo que tenía razón pero no tengo problema con eso.
Cuando me aburría, es decir, la mayor parte del tiempo salía a andar y aquel día mis pasos me llevaron hasta la playa donde pude contemplar el movimiento de las olas e inhalar el aire fresco de la mañana. A esas horas la gente se tumbaba en la arena y tomaba el aire porque el sol hacía unos días que no se veía claro. Algunos venían con sus caballos que se bañaban adueñándose de la zona marítima. Y yo solo disfrutaba del paisaje como una alegre criatura. Me acerqué a unas rocas cerca del mar y me senté, fijé mi mirada en el horizonte y decidí llamar a Abdel y comunicarle que iba a ir al hospital. Pensé que él probablemente estaría con su grupo entrenando ya que en el hospital dijo que no solía estar mucho.
-Salamuwalaykum cielo-se oyó desde la otra línea.
-Wa'alaykum Salam, ¿qué tal?
-Bien alhamdulillah, ¿y tú? ¿Qué haces? -preguntó.
-Estoy en la playa, me aburría en casa.
-¿Has andado todo el camino hasta la playa enserio?
-Abdel no empieces a regañar que no pasa nada si ando, hay otras mujeres embarazadas que hacen mil cosas. No es para tanto...
-Bueno, eso lo dirás tú pero no quiero que mi mujer se canse y yo no esté a su lado.
-Que tú no estés conmigo lo has querido tú, pero no voy a sacar el tema.
-Mejor Nur, mejor.
-¿Dónde estás por cierto?
-En el despacho haciendo un esbozo.
-¿De alguna operación secreta puede ser?
-Jajaja no tan secreta pero.
-Bien pues te llamé para decirte que esta tarde vendré.
-¿Dónde?
-Al hospital.
-¿Por qué?
-Porque no aguanto más Abdel, me aburro todo el día así que no intentes impedirme nada porque no lo lograrás. Hasta pronto cielo. -y colgué antes de escuchar sus objeciones. Al cabo de un minuto volvió a llamar pero no cogí, preferí escuchar el sonido que hacían las olas al chocar contra las rocas. Y me estuve un buen rato así. Alguien atrajo mi mirada y era alguien familiar, era Nadir. Me lo quedé mirando, a ver qué hacía. Estaba colocando una mesa y dos sillas, para luego decorar la mesa con pétalos. Pensé en acercarme pero repensé mejor y decidí dejarlo con su asunto. Me fui de allí.
Aún tener el carnet de conducir no teníamos un coche propio, el que usaba Abdel no era suyo y además nunca estaba disponible para conducirlo. Se me ocurrió coger un taxi, sería la primera vez y era gracioso que lo tuviera que coger a seis kilómetros de casa. Es lo que tenía vivir en medio de la nada.
Lamia's POV
El trabajo se iba reduciendo pero no porque hubiera menos pacientes sino porque había más personal, y eso era una ventaja que debíamos aprovechar.
Me hallaba sola haciendo los turnos de siempre, Nadir había salido para hacer no se qué. Acordamos quedar aquel mismo medio día, más bien él me había pedido salir para dar un paseo y yo acepté sin duda. Sin embargo, ya era casi la hora y aún no aparecía. Me encaminé hacia el vestuario para cambiar mi vestimenta. En la puerta me topé con Anas, su estado no lo veía normal.
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En el más Allá
Romance¿Te pasó que mientras navegabas por la red un nombre llamó tu curiosa atención y te dio por amistarte con esa persona desconocida? Mi historia no es extraordinaria pero tiene un secreto y lo descubrirás si lees atentamente página por página...No...