Capitulo 24

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Ikram me recordaba a menudo que faltaba poco para que volviéramos a España pero sus palabras me parecían falsas y dentro de poco le podré decir a ella que: No, yo me quedo. Cómo me gustaría que eso fuera cierto, cómo me gustaría estar para siempre aquí con mis tres astutos. Qué rápido les cogí cariño a Lamia y Anas! Me arrepiento muchísimo del día en que pensé que Lamia era una amante o, cómo yo la llamé, la segunda mujer de Abdel. Para nada, no concuerda con mis pensamientos, no concuerda con la forma en qué me la imaginé, es todo lo contrario! Su personalidad no puede ser descrita por una sola palabra, merece un libro de 400 páginas. En cuanto a Anas, es más gracioso de lo que pensaba! Sin él, el grupo es silencio sepulcral, en eso supera a Abdel. Y es muy fuerte, odia que le toquen lo 'suyo' y no me refiero a objeto, no. Más bien a...-

-Salamuwalaykum, querida Nur! -me saludó una voz por detrás y al girarme, vi que era el Doctor Hussam.

-Wa'alaykum Salam, querido Doctor! -mi intención era hablaros un poco sobre él después de acabar con Anas pero me interrumpió, la culpa debe caer sobre él.

-Últimamente pasas mucho tiempo en la terraza, no? O estoy confuso? -Ah, claro. Es verdad, estaba allí mismo.

-Sí, es que como sabrás...yo no bebo café, a menos que sea muy urgente como la primera vez que estuve aquí que fue casi forzoso y obligatorio pues mi organismo lo necesitaba pero en realidad lo detesto, entonces para evitar ingerirme esa sustancia líquida de color marrón prefiero subir aquí arriba y llenarme de energía con el buen aire fresco que hace.

-Enserio? jaja pues a decir verdad, no tenía ni idea de que lo detestabas...pero si es delicioso!

-Bueno, a mí no me lo parece...

-Entonces, qué te gusta beber?

-Agua.

-Y aparte de eso?

-Agua.

-Qué sosa eres jaja

-jaja yo creo que más que sosa, tengo un gusto diferente al de usted, Doctor Hussam. 

-Y ese cambio de trato? No me diga Señorita Nur que está usted molesta.

-Debería ser infantil para molestarme por eso, mi querido Doctor. -nos reímos un rato y después hubo silencio. Cada uno miraba hacia una dirección, cada uno pensaba en sus cosas. Aproveché el momento porque no siempre estabamos libres, sobretodo el Doctor Hussam que siempre está de aquí para allá, como dije aproveché el momento para saber un poco de su vida.- Cuéntame cosas de ti, que casi no me sé nada...bueno, a excepción de que no está casado porque 'no tiene' tiempo.

-Te parece poco saber eso?

-jaja sí.

-Bueno, entonces qué quieres que te cuente? Hazme preguntas y te respondo...

-No, no. Dime todo lo que tú puedas y quieras decirme. Si no sabes por dónde empezar te aconsejo que lo hagas por el principio. -giró su cabeza para encontrarse con una sonrisa de oreja a oreja.

-Tengo una familia como tú tienes la tuya, tengo hermanos, primos, tios y tias. Tuve abuelos y padres pero sus almas fueron tomadas por Allah y que las tenga en su misericordia.- suspiró y hubo una pausa de unos minutos, parecía estar ordenando los acontecimientos para explicar su relato. Me miró de nuevo y prosiguió.- Originariamente soy de Marruecos como tú, de Oujda. Desde que murieron mis padres, tenía un hermano el cual le afectó muchísimo tanto hasta llegar al punto de la muerte. Se fue a la edad de los 34 años, eramos tres hermanos ahora tan solo 2. Yo soy el pequeño de los dos, y...no está a mi alcance, pero jamás lo olvidaré, jamás olvidaré el bien que hizo en mí. Mi hermano Muhammad, que Allah lo tenga en su misericordia, se murió a la edad que te dije y en Oujda, mi otro hermano tenía unos 28 años y yo 21. En aquél entonces, yo aún estudiaba en la universidad y mi hermano le dieron una oferta de trabajo en España, entonces nos mudamos hasta allí. Seguí mis estudios, por supuesto, no podía dejar la Medicina. Tuve que estar estudiando durante un año el español así que me licencié a los 24 en vez de a los 23. Mi hermano me permitió quedarme en su casa pero rechazé su petición de la manera más respetuosa. Al ver que no aceptaba me buscó trabajo, no hacía falta que lo hiciera pero mi hermano es un poco cabezota. Me uní a varias organizaciones y asociaciones, de esas que viajas a los países pobres para tratar a gente necesitada entre esas organizaciones, está Médicos sin frontera pero al final topé con la AMHP y me uní a ella, me llevaron a esta tierra y me quedé desde que aterrizé...Ah, olvidaba hablarte sobre la hija de mi hermano, mi querida sobrina. La quise desde el día que nació, me frustra el hecho de no poder estar a su lado. Antes de irme le dejé un regalo, fue lo único que podia hacer por ella. Jamás la olvidaré y tengo fe en que algún día la volveré a ver y me estirará de la barba como hacía cuando tenía tres añitos. -podéis pensar que estaba llorando, pues sí, afirmado está.

-Qué le dejaste como regalo?

-Una cajita dónde tenía el suficiente dinero como para hacer realidad su sueño, siempre quise que se convirtiera en doctora y seguir las huellas de su tio.

-Cómo se llama tu hermano que está en España? -las lágrimas eran cada vez más abundantes.

-Bilal. Porqué esa pregunta? Y porqué estás llorando??

-Y...cómo se llama tu sobrina? -dije mirando el suelo y llorando sin parar.

-Como tú, N...Nur -dijo algo pensativo.

Entonces, todo lo posterior fueron abrazos y lloros sin parar.

Te había echado de menos, tio.

GRACIAS POR LEER!

En el más AlláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora