No estaba nada contento con cargar a un herido sobre el, no era algo planificado, más el menor en sus brazos presionaba como podía la herida, de la cual la sangre se desbordaba por sus dedos y empezaba a manchar tanto la tela ajena como la propia, era estupido tratar de mantenerse despierto, la debilidad se hacía cada vez más presente en su cuerpo, flaqueaba y jadeaba constante, mientras se su visión se pone borrosa e imperceptible, hasta que de un segundo a otro su tacto dejó de presionar la herida, cosa que el mayor noto cuando observó cómo cayó en flojo la mano ajena y le vio desmayarse.
"Y si le dejamos morir aquí y seguimos nuestro camino..cuál sería la diferencia, de todas formas vas a matarle en el campo de batalla!"
Era un pensamiento bastante válido, más de alguna forma ladeo la cabeza tomando decisión en aquello, deteniéndose unos minutos para atender de qué clase de herida se trataba, su costado había sido apuñalado pero por lo que veía no era suficiente cercano a perforar ningún órgano, de lo contrario aquello sería más que la hemorragia que presenciaba en esos momentos, para su suerte de su viaje anterior había guardado en un recipiente mediano un poco de agua, buscando algo con que limpiar, sacó de su bolsillo un pañuelo,para luego descubrir la herida de su hermano, humedeciendo la tela del pañuelo y pasándola sobre la herida para limpiarla; no era médico ni profesional en el oficio pero estos últimos años había atendido sus propias heridas a su modo.
_Es bueno que no estes en tus cinco sentidos por lo que haré en este instante._ dijo en un murmuró, aquel poder que el espíritu que le acompañaba desde que era un crío, le había compartido y trasferido su poder al tacto mismo, por lo que llevo uno de sus dedos hacia la herida para cauterizar con la llama provocada a tal poder y colocar con cuidado la misma cerca de la herida a modo de traspasar aquellas flamas a la piel ajena a fin de que cauterizaron y cerraron la herida un poco, al menos en lo que seguían su camino.
Aquello en definitiva iba a dejar una proveniente marca, como las propias en cada en cada parte de su cuerpo, posterior a ello, envolvió y cubrió la zona, antes de volver a alzarlo, se hizo una coleta alta para soportar siquiera el calor en el largo viaje que tendrían que hacer y más con prisa gracias a su hermano, en lo que nuevamente lo llevó a cargas,esta vez sobre su espalda.
Era increíble, ni siquiera por un subordinado suyo aquel sentimiento de preocupación se había desarrollado, los dejaba morir cual peones en batalla y luego elaboraba el peor de los discursos para encubrir lo menos que le podía importar el suceso, pero esta vez la aflicción de buscar un lugar habitado con un médico era su único pensar.
_ ugh, eres pesado, básicamente cargo casi con un cadáver, ni siquiera entiendo el porque te ayudo. podía hablar cuanto quiera puesto que de seguro aquel no le escucharía en lo más mínimo.
(...)
Sentía como si estaba en constante movimiento pero sin que sus pies tocaran el piso, un fuerte dolor de cabeza, y además de aquello un fuerte ardor en el costado de su cuerpo, abriendo los ojos poco a poco se encontró como el mayor lo llevaba a cargas y sujeto en su espalda, parecía tan concentrado en su camino, no flaqueaba ni dudaba al girar por cada atajo o camino, parecía preocupado.
¿Porque debería de estarlo? O más bien porque parecía ir tan apristas con él en su espalda?
___¿A-adonde me llevas?— vocifero bajo en lo que su rostro volvía a apoyarse en la espalda ajena.
___...— prefirió evadir la interrogante. —aun estás muy débil, descansa y no te preocupes por cosas innecesarias.
Hizo caso a tal sugerencia, enmudando sus labios mientras miraba de lejos el transcurso de aquel camino.
(...)
Los sobrevivientes a la aquella emboscada mandaron a uno de los soldados como mensajero, el cual ya llevaba un informe bastante elaborado con lo que había visto.
—Adelante, dile a su majestad que es lo que haz visto.— habló el consejo imperial.
El hombre tragó saliva al ver ao anciano con el señor fruncido, pues sabía que no le gustaría lo que iba a oír.
—Mi señor, el enemigo no estaba solo, había un joven, uno que parece ser ajeno a los grupos que nos atacan, se parecía bastante al mismo...a diferencia de su vestimenta y su forma de pelea. — vocifero — creemos que es el soldado que faltó de la cuarta escuadrilla, puesto que los demás llegaron a nuestro territorio a excepción del mismo.
El emperador curvo sus labios en una mueca de sulfuro y disgusto, sabía de quién se trataba, era el otro joven asakura.
—La traición bajo nuestra ley es castigada con la ejecución mediata, si ese joven cruza a mis dominios su reprensión será inmediata.— recitó el anciano, no era una persona de tolerar idioteces y menos de alguien en quien según el confiaba.
—Afortunadamente alcanzamos a herirle, dudamos que sobreviva por mucho pues perdió mucha sangre.— informó posteriormente el soldado, haciendo una reverencia pronta y retirándose.
El anciano se puso de pie y se retiró del lugar a escolta de sus nuevos protectores, tenía cierto piquete de desconfianza ya que si el heredero de los asakura había escogido aliarse con el enemigo, aquellos que eran cercanos a él no garantizaban la lealtad.
—Su compañero, Yoh Asakura, nos ha traicionado, ahora está del lado enemigo, ha faltado a su palabra y a su compromiso hacia el imperio...¿Podré acaso liarme de que ustedes no harán lo mismo?— espetó sin ánimos de fingir amabilidad, estaba en un punto clave para el enemigo.
Ren y horohoro estaban consternados por lo que el soldado y el emperador aseguraban, pero tenían un deber explícito y obligatorio, ahora aquel amigo suyo sería visto por otros ojos de parte vuestra y de los demás.
—si, pondremos nuestro cuerpo y alma para protegerle.— añadieron ambos al unisono en lo que se reverenciaban ante el anciano.
La situación no era nada grata para la nación, mientras el gobernador preparaba aún más a sus tropas, Hao se encaminaba cada vez más a su destino junto con su hermano a quien con el paso de los días no desistió en hacer que recibiera los tratos adecuados para su recuperación.
En efecto no había Sido nada fácil para ambas partes pero de alguna forma la verdadera pesadilla apenas si empezaba.
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El samurai de Fuego (Hao x Yoh)
FanfictionEn la era Sengoku a los samurais se les conocía por ser fieles a las ordenes de su emperador para proteger los intereses del mismo en los tiempos de guerra contra los diferentes clanes, estableciendo alianzas con algunos y enemistando con otros. El...