La esencia

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─Tal vez el sentido de tu vida pase por el chamanismo─Dijo Brisa.
─No.Esta es mi esencia, no mi sentido─Contestó Daniel.
─¿Que es eso?
─¿La esencia?¿Como te lo explico?¿Te fijaste en cuantos brujos aparecen en internet?¿ Ya viste cuántos seres de luz hay? Las redes perecen árbol de navidad.
─Es verdad, son muchos.
─¿Y que ves en esa gente?
─Algunos ofrecen servicios. Otros palabreria.
─Exacto, algunos buscan dinero. Otros sólo quieren hacerse escuchar. A lo que voy es a que todos desempeñan un rol.
─¿A qué te refieres?
─A que son actores. Interpretan un personaje. El brujo es la máscara que usan, es su disfraz, detrás de eso, está la esencia.
─Entiendo¿Y cuál sería esa esencia?
─Pues, dime de que presumes y te diré de que careces. Los debes interpretar al revés para saberlo. A un brujo se lo asocia con un personaje de poder. Quien se pone esta máscara, suele carecer de él. Por lo general, es alguien inseguro y con una autoestima muy baja, esa es su esencia.
─Pero los verdaderos brujos deberíamos sentirnos halagados de tener tantos imitadores.
─Bueno. Que te imiten es señal de que te admiran. Sí. El problema es que no saben lo que están imitando.
─Juegan.
─Exacto. Juegan a ser, y en el juego de ser, siempre gana la nada.
─¿Que quieres decir?
─Que desperdician tanta energía en interpretar sus personajes que su esencia se debilita aún más.
─¿Es lo que te pasó a tí?
─No, Brisa, ojalá fuera tan simple. Creo que también debes interpretarme al revés.
─¿Cómo?
─Te dije que estoy marcado. En mi caso, el chamán es la esencia y Daniel es el personaje.

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