Configuración

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─Rafa me dijo que, el hecho de que estemos aquí, también es una cuestión de líneas de influencia─Dijo Daniel.
─Sí. Las líneas de influencia actúan a través de nosotros, cada vez que actuamos, vamos cambiando la configuración planetaria.
─¿Pero, acaso, el humano común y el depredador no hacen lo mismo?
─No. Tanto el humano común, como el depredador, son simples marionetas. Fenómenos químicos que van actuando según se los estimule. Tienen un patrón de comportamiento muy básico. Buscar lo agradable y evitar lo desagradable. Sus propias limitaciones son las que marcan la diferencia entre lo uno y lo otro. Un brujo, tiene algo que ellos no tienen.
─¿Que cosa?
─Conciencia. Un brujo puede actuar conscientemente, un humano común, no. Siempre es movido por fuerzas ajenas a él.
─Pero se supone que, todos los que están en su sano juicio, actúan conscientemente.
─No. No todos lo hacen. Tomemos el caso del tipo humano menos dotado, el depredador. Un depredador no tiene conciencia, es movido por los patrones de comportamiento más básicos. Un depredador, se limita a buscar lo agradable y a evitar lo desagradable. Depreda porque le agrada depredar, no es consciente de que, así, alimenta su cuerpo energético. Tampoco es consciente del daño que hace a los demás. No tiene esa capacidad. Tampoco es capaz de construirse un alma.
─Un auténtico imbécil energético.

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