Ritmo

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─Yo soy una reparadora de almas─Dijo Brisa.
─Mi alma no es tan fácil de reparar─Contestó Daniel─Soy hijo de depredadores.
─Imagino el daño que te habrán hecho.
─Lo peor de ser hijo de depredadores, es que llegas a creer que todos los seres humanos son como tus padres,parásitos sin alma, y que debes adaptarte a eso. Que debes depredar tú también, si es que quieres sobrevivir.
─¿Te estabas volviendo un depredador?
─Sí. Por eso no acabe de prender.
─¿Y que hiciste?
─Cuando lo malo se volvió peor, me alejé de ellos, lo más que pude. Conocí a Uriel. Era un muchacho noble e inocente. Me hizo comprender que no toda la gente es igual. Luego conocí a Rafa.
─¿Tu maestro?
─Sí. Me confirmó lo que había visto en Uriel. Que existe otra humanidad. Seres capaces de amar y evolucionar. Que no todos están aquí para depredar.
─Algunos vinimos para evolucionar.
─Existe esa teoría. La de la evolución dual. Se aplica, también, a las civilizaciones. Se dice que, por regla, sí una civilización florece, otra debe decaer, en alguna parte del mundo. La historia está llena de ejemplos así.
─El principio del ritmo.
─Rafa, lo llamaba equilibrio. Se aplica a todo.
─¿Crees que se aplique también a la evolución humana?¿Que mientras unos avanzan hasta  convertirse en seres espirituales, otros retroceden al nivel de las bestias?
─Sí. Creo que tiene que ver con la evolución.
─El ritmo compensa.

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