Capítulo 12

4 3 1
                                    

Lugar: la cancha de futbol.
Fecha: 2 de marzo.
Hora: 2:30 pm
Solo faltaban unos pocos minutos para que comenzase el partido. Los nervios me invadían. Habia muchísima gente, bueno, los alumnos del colegio y algunos que vinieron del colegio contrincante como espectadores.
-¿Estás nerviosa?- me preguntó Kyle cogiéndome la mano- te juro que jamás habia visto tanta disposición en una chica por jugar futbol.
Me reí olvidándome por un segundo de las preocupaciones.
-Esto lo hago por un amigo- miré a Brett, que afortunadamente se encontraba mucho mejor, y le guiñé un ojo.
-Yo no confío en las habilidades de Milo- comentó Isaac que siempre tenía que meterse conmigo, sino no era feliz- es una mujer, es prácticamente imposible que sea buena.
-¿Se puede saber porque te caigo mal?- pregunté con cierto reproche.
-Porque siempre me estas corrigiendo.
-Será que lo haces todo mal- rebatí.
-¿Yo?- resopló- yo todo lo hago perfecto pues porque soy perfecto. Mírame.
Meneé la cabeza con fastidio.
-Porque estoy en contra del maltrato animal sino te pegaba una hostia que flipabas.
-¿No hay ninguna norma que impida golpear a tus amigos por ahí?- Ian le siguió el juego y negó con la cabeza- pues debería. A ver si la loca esta me quiere pegar.
-¿Ves cómo eres gilipollas?- bufé acomodándome en la silla- yo dudo que alguna vez puedas pensar por ti mismo.
-Pues para que sepas, lista que eres muy lista, que ayer descubrí la luna era más grande que el sol.
-¡Oh! Estoy asombrada- fingí sorpresa- ¿y a esa conclusión llegaste tú solo o tuviste que necesitar ayuda?
-Milo, por alguna casualidad ¿te estás burlando de mí?
-Sí- sonreí zanjando el tema- y ya, cállate que me pones más nerviosa.
Me di cuenta que yo era de esas personas que los nervios le ocasionaban sudor en las manos y no quería que toda esa sustancia me cubriera el cuerpo por lo que decidí ir al baño.
Abrí la llave del grifo y dejé que el agua limpiara mis manos hasta dejarlas nuevas del paque.
-Milo ¿verdad?
Di un respingo que me hizo voltearme de inmediato. Frente a mi habia un chico que parecía salido de la serie de Vikingos. Independientemente del uniforme de su equipo, llevaba el pelo encaracolado, un casco vikingo y una simple barbilla que llevaba unos cuantos días sin afeitar.
Lo que dice feo, feo, feo, feo, feo, feo, feo, no. Era... normalito, del montón.
Bueno. Para que miento. El chico era guapísimo, extremadamente guapo. Sí que parecía un Vikingo, solo le faltaba el caballo pero estaba como un queso.
-¿Y tú eres...?
-Dan- contestó con simpleza observándome.
Yo traía el uniforme de mi equipo que era básicamente una camiseta amarilla, con el borde azul oscuro y con el número del jugador en la espalda. Tipo beisbol. El short era un simple short barato que me llegaba a medio muslo y el calzado eran tacos especializados para el juego.
-Te queda bien esa ropa- me halagó comiéndome con la mirada- mmm... ¿sabes qué? en tu habitación, a las nueve.
-¿Perdona?
-Vamos a follar, en tu cuarto.
Abrí la boca, extremadamente indignada por su proposición indecente y descarada.
-¿En qué momento de la conversación tú me preguntaste y yo te dije que sí? A lo mejor es que me falla la memoria pero no me acuerdo.
No estaba enojada, solo me ponía mal ese tipo de cosas.
-Todas quieren tema conmigo.
-Otro egocéntrico- resoplé.
Él me miro y luego dejó caer sus manos.
-Dejaré de fingir. Sé quién eres.
-¿Ah sí?- encarné una ceja- ¿Qué pasa? viste mi atuendo y mi número y ataste cabos.
Él se echó a reír meneando la cabeza.
-No me estas entendiendo- murmuró acercándose- sé que eres la hija de un nazi y que intentas ocultárselo a todo el mundo.
Intentó intimidarme. Lo hizo, de veras. En su mente debió verse con una mirada profunda que inspiraba miedo como It; aunque en realidad se viera como la cara que pone Quico el del Chavo cuando llora.
-Retírate del equipo y mantendré oculto tu secreto.
Lo miré, callada y reservando mis armas.
-¿Y si no qué?
-Si no haces lo que te digo todos tus amigos, incluso el colegio sabrá la verdad.
Y es aquí cuando tocaba sacar mi As. En cierto modo, nunca agradecí a Nina por ello.
-Vale.
-¿Vale que?
-Que digas lo que quieras- me encogí de hombros e hice un sencillo movimiento con las manos- de todas formas, todos ya lo saben.
Volví a la mesa donde estaban los Shugar Man y miré mi reloj. Marcaba la hora exacta que iniciaba el partido. Rápidamente me coloqué en mi puesto y miré a Brett, quien me hizo una seña de Lo vas a hacer como el culo pero confío en ti.
Comenzó el partido
Saqué la pelota en el medio del campo, se la pasé con una patada al jugador número 13, este la despejó y luego hizo que la recibiera otro de los compañeros. Joel (jugador numero 17) eludió una maravillosa técnica y se quedó frente al aro, disparó con inteligencia pero el portero contrincante logró atajar la pelota quedarse con ella.
Segundo tiempo.
Íbamos empatados.
2-2
El portero sacó de meta a pocos segundos de que el partido concluyera. Ambos equipos iban a dejarse la piel, las uñas y hasta las orejas en el terreno. Tengo que admitir que el equipo de los Leones jugó a un nivel impresionante pero nosotros, Los Rottweiler, éramos superiores desde cualquier ángulo. El tal Dan tocó la pelota y se la pasó a uno de sus compañeros, este hizo una jugada incorrecta y la pelota acabó en mis manos, es decir, en mis pies. Pero fui tan estúpida que el balón se me escapó hacia la portería, la suerte fue que eché a correr y la alcancé. Al equipo contrario solo le quedaba un defensa, el tipo de la amenaza. Intenté regatearle pero el muy hijo de su puta madre me pateó haciéndome caer al suelo. Como era obvio, el árbitro decretó falta.
-¡¿Qué te pasa imbécil?!- exclamé todavía tendida en el suelo.
-Lo tienes merecido.
Me levanté y sacudí mis manos.
-Yo no tengo la culpa de que seas tan mal jugador.
Dio la vuelta sin responderme y escuché como el árbitro pitó tiro libre. Tomé la pelota preparándome para disparar. Estaba nerviosa y con el público gritando era difícil concentrarme. Necesitaba fiarme de mi misma para poder lograrlo. Todos esperan ansiosos al mismo tiempo que hacían demasiado alboroto. Confiaban en mí y no podía fallarles. El portero colocó la barrera mientras me concentraba para aceptar y ganar. Este sería el tiro que decidiría quien sería el equipo ganador y quien el perdedor. En cuanto escuché el sonido del silbato y disparé con mi mejor desplazamiento y con todas mis fuerza. El notorio enloqueció conmigo; había acertado, habíamos ganado el partido.
-¡¡¡Gooooooooollllllll!!!- gritaban todos desde las gradas.
Todo el equipo se levantó la camisa y se las pusieron en la cara. Yo no iba a ser menos que nadie así que yo también lo hice. Vale, se me vieron las tetas pero, aunque fueron dos segundos, se me vieron igual.
Kyle me alzó en brazos y me llenó de besos desde la frente hasta el calcañal. No podía creer. Realmente habia ganado y, puede que solo haya jugado varias veces en mis institutos anteriores pero tenía experiencia en el ámbito, tanta como para hacer que nos nombraran Ganadores.
-Isaac ¿Quién se ríe ahora?- crucé los brazos y alcé varias veces las cejas- admite que soy muy buena jugadora.
-No pienso hacerlo.
-¿Ah no?- me acerqué de manera peligrosa y comencé a hacerle cosquillas.
El no paraba de reír a carcajadas, de hecho, todos los hicimos.
-Vale, lo confieso. Eres buena jugando.
Me sonrojé. Ellos no lo notaron pero tenía mis mejillas encendidas.
Miré a cada uno de los Shugar Man: Kyle estaba tan contento que su felicidad se desbordaba como una cascada. Vi a Ian sonreír de verdad por primera vez y no cualquier sonrisa, fue una genuinamente perfecta. Isaac, a pesar de su narcisismo intensivo, también se veía bastante alegre con la causa y Brett... aunque la llama de la esperanza en él estaba prácticamente apagada, todavía le quedaba un ápice al que atenerse, y esos éramos nosotros: sus amigos. Sus hermanos.
-Vaya, vaya, vaya.
Esa voz... esa irritante voz...
Todos giramos a la vez para encontrarnos con una nueva chica. Bueno, siendo completamente sincera, no era tan desconocida como creíamos solo que algunos se esforzaron por hacer creer lo contrario.
-¿Me extrañaron?
-No puede ser- Brett se quedó estupefacto al ver a la chica pelinegra- Helena.
Helena-Problema
Riman ¿verdad? Pues son sinónimos y tengo que decir que esa chica fue uno de los más grandes, difíciles y perjudiciales obstáculos con que nos cruzamos.
Jjjjj SPOILER.

Shugar ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora