Parque.

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- Y… ¿Entonces tu papi te llevo con un gatito rabioso?-

Abigail sonrió, levantó la mirada hacia su prima y guardó silencio durante unos segundos.

- Si, no le digas gatito, solo yo puedo decirle gatito, porque es mi gatito- Respondió ella con una sonrisa.

Sus papás se encontraban en casa de su tía Tory, a ella le encantaba pasar el tiempo ahí. Su prima Gemma era mayor que ella, sin embargo tenían la misma apariencia.

Le parecía gracioso que Gemma no poseyera el color de cabello de su mamá, tenía el cabello lacio y de color cobrizo, como su tío Santiago.

- De acuerdo… ¿Y qué vas a hacer? Digo, dices que te trata mal. Sebastien dice que cuando un niño me trate mal, que le prenda fuego, y que lo bañe en alcohol también.- Abigail rió viendo el gesto en la nariz de Gemma, ella le recordaba a un hada. Como las que había en los cuentos que su mamá le leía todas las noches.

- No puedes hacer eso Gemma, tío Santiago dice que le digamos a él. ¿Recuerdas? –

-Sí, pero mi papá apenas y está.– Encogió sus hombros de una manera tan elegante que Abigail sintió que estaba ante una princesa.

-¿Por qué lo dices Gemma?- Abigail  frunció su ceño. Sabía que Gemma no hablaba mucho de la relación con sus padres, pero aun así, ella misma sabía cuánto la amaban. Tory y Santiago eran unos padres maravillosos, todos sabían eso. Incluso ella, con su corta edad, podía entender el amor que ellos sentían hacia sus hijos.

- Por nada. Solo lo estoy diciendo.- Gemma tenía la mirada perdida en el suelo, suspirando se dedicó a hacer crecer el pasto. Sentía la mirada de Abigail, era su mirada para hacerla hablar, pero ella no hablaría, estaba acostumbrada a quedarse con sus problemas.

- Mark me dijo que podíamos ir al parque hoy. También Kass estará ahí-  Abigail fue la que rompió el silencio. –Solo no le digamos a Sebastien y todo estará bien.-

- A Sebastien y a nuestros padres.- Rió Gemma. Su padre enloqueció cuando supo que su hija menor pasaba el tiempo con los amigos de su hermano. Ellos tenían años y ellas solo meses. Se suponía que debían convivir con niños de su edad. No con mayores.

- Tienes razón.- Afirmó Abigail. –Pero solo íremos al parque, no pasará nada.-

Ambas sonrieron al mismo tiempo. Eran más que primas, eran amigas. Desde que sus padres la presentaron se quisieron inmediatamente. Pronto comenzarían a ir a la escuela y tenían pensado en asistir a la misma. “Piensan ya como adultas” Decían sus padres. Y es que era verdad.

-De acuerdo, pero si Kass vuelve a intentar que lo tome de la mano, llamaré a Sebastien y haré que le eche alcohol, ya me encargaré yo después de hacer que prenda.-

Sebastien era su hermano mayor, tenía 3 años y lucia idéntico a su padre. Ambos compartían el mismo color de cabello, cabello que Gemma había heredado. A diferencia de Sebastien, Gemma poseía los ojos de su papá. Su mamá tenía razón al decir que ella era la réplica de Santiago.

- ¿le tienes miedo a Sebastien?- preguntó Abigail con burla, de todas las personas que ella conocía, varios temían a Sebastien, era condenadamente serio y no bromeaba al decir que mataría a quien fuera que se le acercara a sus hermanas. Era un hermano celoso. Pero, ¿Qué sabía Abigail de eso? Ella no tenía hermanos, una vez le planteó la idea a sus padres, Alastor terminó llamando a Tabitha a gritos, para que ella le respondiera con un:

“-¿Quieres más helado mi amor?-“

-No, no le tengo miedo a mi hermano, a mis padre si, van a castigarme-

Que nadie lo sepa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora