El arbol de la inseguridad.

Capítulo 30:No es No.

2 años después.

Kane Williams.

—¡Corte! Damos por terminadas le grabaciones—anuncia el director con una sonrisa en su rostro—¡Todos hicieron un buen trabajo!

Suelto un suspiro de alivio aun sosteniendo a Cindy entre mis brazos, mi co-protagonista. Con cuidado la suelto y estiró mi cuerpo haciendo que traqueé. Después de 9 meses grabando en Los Ángeles por fin ha llegado a su fin.

—Buen trabajo, Kane—me felicita la castaña.

—Igual tu—respondo por cortesía.

No es nada personal ¿A quién quiero engañar? Si es personal. Cindy es una actriz que ha ido subiendo de nivel poco a poco gracias a su belleza pero también es un poco intensa y acosadora, y por más que le diga que "esto" no es posible porque yo, Kane Williams, tengo una chica esperándome en casa, no deja de insistir.

—Deberíamos beber algo para celebrar.

—Ya hemos hablado sobre esto—sobo mis sienes mientras todo el equipo de producción se está encargando de levantar todo.

—Solo es un trago—me da un empujón amistoso—Hace mucho tiempo me rendí contigo.

—Si con "hace mucho tiempo" te refieres a la semana pasada, tienes razón—mi representante habla con sarcasmo.

—Entendí que él ya tiene novia—se defiende.

—Y una muy buena—concluye Clarín haciendo que yo sonría—Por cierto, mañana en la mañana volvemos a New York. Kevin ha estado hablando conmigo para que te deje ir al concierto de "NateCoop" que es en unos días

—¿Tu y Kevin saben que no son nuestros padres?—me cruzo de brazos.

—Aja sí. Como digas—su celular suena y nos da la espalda caminando hacia la salida—¡Solo un trago Kane!

Literalmente quedó comprometido con beber algo con Cindy gracias a la idiota de Clarín.

—Vale, nos vemos esta noche en el bar del hotel—accedo.

—Está bien—me guiña un ojo con picardía—A las 8:30 en el bar del hotel. Te estaré esperando.

Dicho esto se da vuelta dejándome solo medio del set de grabación. Todos me dan palmaditas en la espalda felicitándome por todo el trabajo que he hecho aquí, la verdad lo único que quiero es viajar a New York a recostarme con la chica que es dueña de mis pensamientos. Lo confieso, estoy enamorado de Hilary Myers y estoy un 99.9% seguro de que ella lo está de mi.

—¡Clarín!—la llamo y ella se acerca a mi mirando su celular con el ceño fruncido.

—Dime Cariño—responde distraídamente.

—Me prestas mi celular—ella enarca una ceja hacia mí. La conozco lo suficiente como para saber qué espera una explicación—Voy a llamar a Hilary.

Ella niega con la cabeza y rebusca en su enorme bolso mi móvil.

—Salúdala por mí—me entrega el aparato.

—Está bien.

Me alejo de todo el bullicio y me siento en una banca apartada de todo ese caos. El clima aquí es algo húmedo y caliente, no me acostumbrare a esto. Busco el número de contacto de mi querida novia y le hago un vídeo llamado.

Una chica pelirroja medio dormida, despeinada y con ganas de morir levanta el teléfono. Sus ojos no están completamente abiertos y creo que está invocando a un espíritu entre balbuceos.

—¿Por qué tan hermosa?—me burló.

—Amor ¿Sabes qué hora es?—tartamudea mientras intenta no quedarse dormida.