—...Pero decidí que lo mejor era ser fotógrafo y sin pensarlo aquí estoy, aventurándome como mis padres hubieran querido— La voz de Zeus se escuchaba por encima de los diálogos de la película que habíamos decidido ver en la comodidad de mi recamara.
—Haces unas fotos estupendas— susurré mientras me acurrucaba más a él y besaba su mandíbula, dando pequeñas mordidas sutiles sin dejar marcas, él odiaba que le dejara marcas, aunque era hipócrita de su parte, a mi me dejaba marcado hasta en áreas donde no podía ver.
—Lo sé mi pequeño Ángel corrompido, las fotos tuyas mientras gimes mi nombre son mis favoritas— con sus manos tomó mis caderas y me subió encima de él. —¿Sabes lo jodidamente solo que me sentí mientras estuviste semanas fuera de mi vista? — susurró mientras comenzaba a mover mis caderas.
—Tu te fuiste por tu trabajo, yo no, yo solo estuve encerrado en la oficina por la luna de miel de mi hermano, te dije que podías visitarme en cuanto llegaras— dije mientras desabrochaba sus jeans y sacaba su falo ya erecto.
—Uhm— fue el único sonido que soltó, di dos tirones de su miembro antes de sonreírle y bajar lentamente hasta tenerlo frente a mí.
—¿Me extrañaste? — susurré antes de besar su miembro y lamerlo.
—Jodida mierda Ángel, no sé si se lo dices a mi polla o a mí— susurró antes de llevar su mano a mis cabellos, entonces, sin perder tiempo, engullí su pene. —Mierda Ángel, en ocho meses que llevas chupándome la polla esta es la que me demuestra cuanto me has extrañado— seguí por unos minutos más, hasta que me detuve y volví a sentarme a horcajadas de él, no sin antes quitar mi pijama y dejar que él se quitara el pantalón y la camiseta.
Entonces tomé su miembro y con una de mis manos lo puse en posición mientras bajaba lentamente.
—Es la maldita gloria— susurré mientras bajaba hasta pegar con sus...
—Bolas— susurró Zeus —Mis jodidas bolas se sienten felices de volverse a unir con tu lindo culo y mi pene más que eufórico por estar dentro— coloqué mis manos en su pecho y comencé a bajar y subir.
Primero lento y conforme pasaba el tiempo, más rápido.
—Jodida mierda Ángel, te mueves como un puto delicioso— la palma de sus manos hizo eco cuando golpearon mis nalgas, fuerte y seco, que ardían.
—Eres mi Dios de la perdición Zeus— susurré mientras gemía y me movía.
—Maldita sea, si, lo soy mi Ángel corrompido— de un momento a otro, me giro sin esfuerzo alguno y volvió a embestir mientras sostenía mis caderas, mi pecho pegaba con las sabanas azules oscuras, hace meses que dejaron de ser blancas, hace meses también que mi habitación fue remodelada y ahora era insonorizada, hace meses que deje de contener mis gemidos y Zeus sus palabras sucias y jadeos.
—Oh santa mierda— susurré cuando golpeo mi punto de placer máximo, no una, ni dos veces, si no que veces incontables hasta que llegué a mi orgasmo, cuando menos lo sentí, Zeus salió de mi y soltó un jadeo errático mientras sentía como se corría en mis nalgas.
—No te muevas Ángel— habló con voz agitada.
Los movimientos fueron por parte de él, al sentirlo alejarse, pero segundos después acercarse de nuevo y entonces escuche esos clicks ya bien conocidos por mí.
—Estas fotografías serán mis jodidas fotografías favoritas— reí y me giré mientras abría mis piernas y lo acercaba para mí.
—Eso dices cada vez que tomas una nueva— sus labios se acercaron a los míos y los devoraron, al final de cuentas no solo devoraba mis labios, también mi alma ya corrompida.

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PAPARAZZI
RomanceAnte el primer enfoque que tuve por parte de alguien, ante el primer cruce de miradas, ante el primer encuentro inimaginable, todo en mi vida cambio poco a poco, sin darme cuenta, ya no me escondía detrás de mi coraza, sin darme cuenta, ante ese pri...