7| GAGA

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—Mírate, que patético Aris— me susurré mientras lavaba mi rostro.

Llevaba un mes y medio sin ver a Zeus, un mes y medio comiendo de la mierda y cuidando mi salud de la mierda, no era que él no me haya buscado, era solo que yo había decidido huir.

Sí, Milán me había dicho que lo enfrentara, pero no, no estaba listo para escuchar que mientras yo creía que teníamos algo, en realidad tenía ese algo con otra persona.

Total, lo nuestro ni etiqueta tenía.

Incluso había cambiado mi número de teléfono, porque diariamente recibía al menos cincuenta llamadas de él.

Si algo había aprendido de Mazklan, o al menos de ver sus errores y locuras, era nunca ser la otra opción.

"Vales mucho como para que seas la otra opción" había dicho Milán.

Y eso, tenía que creérmelo primero, aunque mi tiempo se agotaba, pues mi proyecto terminaba en menos de dos días y tenía que regresar a casa, tenía trabajo y no podía pasármela huyendo.

Así que, como un maldito príncipe empoderado, dos días y medio después salí del elevador y me topé con la maldita, y hermosa, cara de Zeus, estaba recargado en mi puerta del departamento.

—No me digas que ahora debo cambiarme de departamento también— dije mientras trataba de caminar lo más tranquilo posible, aunque sentía como mis piernas iban a fallarme en cualquier jodido momento.

—No digas pendejadas, ¿Ya se te paso el berrinche? —enarqué una ceja y apreté mi mandíbula.

—¿Berrinche? ¿Eso es para ti? Pues no y jódete de paso— traté de abrirme paso, pero su mano tomó la mía.

Obviamente eso no les gusto a mis guardaespaldas y en un parpadeo ya lo tenían empotrado en la pared.

Sabía que Saori lo disfrutaba.

—No lo lastimen, solo está fuera de sí, puede estar solo drogado— dije repitiendo sus palabras mientras ingresaba a mi departamento.

No debía de disfrutarlo, pero lo hacía.

...

—Señor, le llegó un paquete— enarqué una ceja al ver el enorme paquete, parecía que era una pintura envuelta y después de que el paquete lo recibiera Donnovan, que era el que estaba en mi oficina, comenzó a abrirlo mientras yo me senté en mi escritorio regresando a lo mío.

—Señor... creo que... iré por una manta para sacarlo— levanté mi vista y dejé mi jodida boca abierta.

Era un maldito cuadro.

Un jodido cuadro de al menos dos metros de altura, pero eso no era lo jodido, lo jodido es que ahí había una fotografía mía, o mejor dicho de mi espalda y parte de mi culo, solo una pequeñita partecita, pero estaba ahí, con el maldito semen de Zeus encima.

Recordaba cuando había tomado esa fotografía y ahora me arrepentía.

De la esquina del cuadro despegue un post-it.

"¿Crees que me eres irrelevante? Tengo uno igual en mi jodida habitación, iré esta noche y no me digas que no, llevaré el pollo"

Rodé los ojos y Donnovan ingresó con una manta enorme, tapando ese cuadro, sentía una vergüenza total.

—Déjalo en mi habitación por favor— fue lo único que dije ante tal situación bochornosa.

...

—Quiero tatuarte este culo con tinta y no solo con mordidas— susurró Zeus mientras daba una jodida mordida que me hizo morder mis labios.

—Si te tatúas el tuyo con mi nombre lo haré— solté una risa cuando sentí su mano impactando en mis glúteos.

PAPARAZZIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora