3/4 + Epilogo
ARIS
Luego de despedirme de mis hermanos en el aeropuerto, pues cada uno tenía que volver a sus vidas, hasta una reunión de nuevo, me dirigí a la casa de papá viendo las fotos que nos habíamos tomado todos los Gates.
Unas en las que estábamos todos mis hermanos, y otra con sus familias y unas en donde estábamos con papá.
Hubiera sido perfecto si papá Lance estuviera a lado de papá Marshall y rodeado de nosotros cinco.
Los cinco perfectos Gates, los cinco hermanos que habíamos compartido un dolor al ver la tumba de mi padre y al ver a nuestro padre Marshall derrumbarse en ella.
En cuanto llegué a casa, papá estaba sentado en el sofá, no había ido a despedir ni a los gemelos ni a su princesa, porque ya lo había hecho y él se reunía con ellos más seguido, los iba a visitar o se reunían en países cercanos cuando iba de viaje y le quedaba de paso.
—Hola papá, hola pulgas— susurré en cuanto ingresé.
La mirada de sorpresa de mi padre no paso desapercibida, pues tenía mucho que no lo visitaba, al menos no por mi propia cuenta.
—Mi príncipe, ven siéntate— susurró.
—No tengo mucho tiempo, ¿podemos... hablar? — Señalé con la cabeza al corredor que llevaba a su oficina.
Asintió y se levantó, luego de unos segundos ya nos encontrábamos en su oficina que además de estar plagada de archiveros y libros contables, lo estaba de fotos de todos.
—Hace tiempo... yo necesitaba hablarte y no sabía cómo, no sabía cómo reaccionarias ni sabía que sucedería... tenía miedo, pero... ha sucedido mucho, que ya no puedo tomar una decisión— se sentó conmigo en su sofá y me abrazó.
—Hace unos meses, comencé a salir con un chico, era un fotógrafo de una revista muy conocida, pero las cosas fueron cambiando, todo cambio, tanto en mi como en él, una tarde, creí que ya estaba bien, que ya estaba seguro e incluso de hablar contigo, pero entonces... llegó su ex, que resulta que no era su ex, me dolió, me dolió tanto que no sabía como o con quien refugiarme y luego llegó él, tan diferente a Zeus, pero tan similar a mi... no quiero ponerlos en una balanza— y no pensaba hacerlo — pero... tengo que tomarme un descanso papá, Zeus sigue queriendo reparar las cosas, pero ya no hay nada que reparar, Alexandro estuvo ahí para hacerlo... y...— me deje caer en el regazo de papá hasta que soltó un suspiro y comenzó a acariciar mi cabello.
—Sabes, cuando tuve mi primera ruptura, yo me refugie en tu padre, un día, cansado de verme llorar, me dijo, "abre tu corazón Marshall, deja las puertas abiertas y cuando menos lo esperes, esa persona ya habrá ingresado, no te refugies en un viejo amor que te lastima o daña, no te esperances de las palabras que te diga, no te refugies en sus promesas y mucho menos en las que te dice que cambiara, una persona nunca cambiara si te lo promete primero, o si lo promete a todo el mundo, una persona solo cambia porque llega un punto en el que dice, esto no me gusta, tengo que cambiarlo y esa persona lo dice finalmente, he cambiado, en parte por ti, pero más por mí, porque sabía que estaba haciendo algo mal"
Creo que a veces esa persona te ciega y no te deja ver los buenos momentos con la otra persona, te sugiero mi príncipe, que no te dejes guiar por el tiempo o las primeras veces, guíate por la calidad de lo que hicieron sentir tu corazón, ¿Quién te hizo sentir más? ¿Quién te hizo sentir suficiente para todo?, pero sobre todo ¿Quién te hizo sentir un verdadero príncipe? ¿Fue tu dios griego redimido o tu villano reformado? — al escuchar sus palabras, yo sabía, sabía que mi padre ya sabía todo.

ESTÁS LEYENDO
PAPARAZZI
RomanceAnte el primer enfoque que tuve por parte de alguien, ante el primer cruce de miradas, ante el primer encuentro inimaginable, todo en mi vida cambio poco a poco, sin darme cuenta, ya no me escondía detrás de mi coraza, sin darme cuenta, ante ese pri...