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El conocido olor a sexo y sudor, se mezclaba con lo dulce de su aroma

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El conocido olor a sexo y sudor, se mezclaba con lo dulce de su aroma.

El rechinar del mullido sillón ayudaba un poco a camuflajear sus fuertes y dulces gemidos, ninguno de los dos podía formular alguna oración coherente, solamente el nombre del otro, rogando por más.

Mas fuerte.

Mas rápido.

Mas profundo.

Mas y mas.

Los grandes senos de la chica subían y bajaban cada vez que era envestida más fuerte. El, se aferró con fuerza a su cadera, las gotas de sudor corrían por su tonificado abdomen; algunas caían en el plano vientre de ella, para después perderse en su ombligo y talvez, más abajo de este.

--No te detengas.-- Imploro la morena, con su suave y dulce voz, al sentir como el orgasmo estaba próximo a su cuerpo.

-- Me harás perder la maldita cordura. ¡Mierda!.-- Gruñó el, para después inclinarse y succionar uno de sus pezones rosados.

El vaivén de sus caderas se aceleró después de la petición de su acompañante, ella echo la cabeza hacia atrás, dejándole a merced su blanquecino cuello y el lo tomo. Joder, claro que lo haría, incluso dejo unas pequeñas marcas en éste.

Ella gimió fuerte cuando el orgasmo explotó en su interior, el la alcanzó un par de embestidas después, derramando su espeso y tibio semen en el cálido interior de ella.

Ambos con la respiración acelerada se miraban fijamente, tratando de analizar lo que acaban de hacer.

--Este es.-- Empezó hablando la morena, pero el chico sobre ella la interrumpió.

--¿Te gustó?.

Mirándose a los ojos, ella le sonrió.

El pelinegro estaba atento a sus reacciones, esperando oír un si, o en el mejor de los casos repetir lo que acababan de hacer. En estos momento a él no le importaba otra cosa, solo la chica debajo de él.

Pum

-- ¿Y bien?.-- Inquirió, ignorando el golpeteo.

Pum

-- Hyuga.--

Pum

Un parpadeo, la chica debajo de él borró su sonrisa. Cabía su cabello, cabio su cuerpo y cambiaron sus ojos.

Pum

-- Me estás engañando Sasuke.-- En medio de sollozos, la que era su novia le recordó.

Pum

Sobresaltado me levanté del sillón, mi cabello se pegaba a mi rostro por el sudor. Mi corazón latía desenfrenadamente. Mire para todos lados, en busco de algo o de alguien; en específico la chica que estaba momentos con el, pero solo me encontró la soledad.

Mala Influencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora