XXIII

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Me sentía fatal.

No soportaba el dolor de cabeza. El sol, era la tortura mas grande. Después de todo, beberse un par de botellas de alcohol, yo solita, y varios vasos combinados, fue pésima idea.

Al llegar a la escuela fue peor el sufrimiento. Las voces molestas, los gritos en el pasillo, la presencia de las personas a mi alrededor. Me hacían querer aventarme de una ventana.

Odiando mi vida y arrastrando mis pies, llegue a mi casillero. Deje un par de libros que traía en mi mochila y metí mi cabeza en el interior. Suplicando piedad.

-¿Te sientes tan mal como te vez?

Y solo escuchar el tono burlón del idiota, me provocó considerar de nuevo. Cometer suicidio.

-Callate.- gruñí.

La risita que soltó, me puso de los nervios. Lo sentí recargarse en los casilleros de lado.

-Eso no decías anoche.

-Anoche estaba demasiado ocupada escupiendo mi alma.- literalmente, vomité mis 17 años de vida.

Él volvió a reír.

-Recuerda eso antes de volver a tomar.

Soltando una maldición, levanté mi cabeza del casillero y lo cerré de golpe. Me giré lentamente hacia el Uchiha que tenía las manos en los bolsillos de su pantalón y me miraba levantando una ceja junto con una pequeña sonrisa burlona. Sus ojos tenían escritos un "Eso te pasa por alcohólica" que ignoré.

-¿No tienes algo mejor que hacer?.- molesta pregunté.-Porque si lo que buscas es hacerme sentir mal. Déjame decirte que ya lo estoy.

Se irguió para estar delante de mí.

-La verdad, solo quería ver cómo estás.

Ignorando la pequeñita punzada de calidez en mi pecho, me mojo los labios para responder secamente.

-De la mierda.- y empezé a caminar rumbo al salón, con él siguiéndome.

Acepto que darme la borrachera de mi vida fue un error. Dije muchas estupideces y me comporte como si no tuviera preocupaciones.

¡Qué Dios bendiga al hombre que creó el alcohol. Porque valla que cometió lo que en un principio buscaba!

Pero en estos momentos que me encontraba con todos mis sentidos alertas. No podía dejar de maldecir mi comportamiento. Sobre todo por la extraña comodidad que tuve con el chico que caminaba junto a mi como si ya fuéramos los mejor amigos.

-¿Por qué me sigues?

Él me hecho una mirada de reojo
-Enserio estás mal. Te recuerdo que voy clases.

-Lo se, idiota. Pero tú no estás en la misma clase que yo.¿Por qué me sigues?

Se detuvo abruptamente para mirarme de frente con semblante serio, aún así la postura de sus hombros me indicaba que estaba despreocupado. Yo me detuve igual, sintiendo ganas de golpear a todos los chicos a nuestro alrededor que nos miraban sin disimulo.

-¿Qué no puedo?

Fruncí el ceño.

-¿Qué no te importa que te miren con alguien como yo?- con un gesto de mis manos señale mi cuerpo.

Arrugó las cejas-Nunca me a importando.

-¿Seguro?- me crucé de brazos y levanté la barbilla.-¿Tu novia qué?

Puso los ojos en blanco antes de también cruzar los brazos.-Digamos, que paso algo como para que tampoco me importará.- se encogió de hombros-Si me quiere, debe de respetar mis amistades.

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2022 ⏰

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