ESPECIAL 1

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Sus labios se movían con brusquedad sobre los contrarios, sus manos estaban en su cintura mientras que sentía cómo la omega tomaba sus hombros e intensificaba el beso pidiéndole permiso para meter su lengua en su boca, a lo cual no puso resistencia y comenzó una pelea de quién dominaba el beso.

Había tomado a la omega de los muslos para subirla sobre el escritorio, importándole poco que estuvieran en la escuela y de paso en un salón de clases.

El beso se volvía más intenso, había bajado sus manos para amasar lo muslos de la omega que ya ni recordaba el nombre mientras sus piernas estaban entre las contrarias. Y el beso hubiera seguido si no fuera porque escucharon la puerta abrirse de golpe, separándose solo un poco para ver quién los había interrumpido.

El alfa se quedó quieto, viendo al omega más hermoso que había visto en su vida, su corazón latiendo con fuerza al percibir su aroma a vainilla y caramelo, su alfa removiéndose como loco en su interior y notando cómo el rostro del omega se colocaba rojo de la vergüenza.

—Y-yo... lo siento, pensé que era el laboratorio de química.—Y al hablar juró que escuchó la melodía más dulce de todas, su voz suave e inestable delatando lo nervioso que estaba.

—Está a dos puerta a tu izquierda.—Y la horrible voz de la otra omega que tenía entre sus piernas se hizo escuchar, su alfa removiéndose ahora incómodo con la cercanía no deseada.

—Gracias.—Y con una pequeña reverencia ocultando sus hermosas mejillas rosas, salió del salón y cerró la puerta tras de él.

—¿En qué estábamos?—La omega lo tomó nuevamente de los hombros para acercarlo a ella seductoramente, a lo cual simplemente se alejó por las exigencias de su alfa en su interior al no querer contacto con ella en específico.

—En ir a clases.—Y dicho esto, salió del salón oyendo los gritos de la omega llamarlo a sus espaldas, los cuales ignoró y se dirigió al laboratorio, viendo por una pequeña ventana que estaba en la puerta al interior del lugar, buscando al desconocido omega con intensidad.

Y al encontrarlo, juró que su mundo se puso de cabeza, su alfa estaba nuevamente como loco viendo al hermoso omega sentado al lado de alguien más, y pudo haberse puesto un poco celoso, pero reconoció a Beomgyu, un omega amigo de Minho.

Su lobo se relajó al darse cuenta que solo era el omega Beomgyu tratando de entablar una conversación con él, a lo cual se mostró un poco tímido al principio y eso enterneció a su alfa, notando cómo segundos después, sonreía en grande por algo que había dicho su acompañante, viendo la sonrisa más hermosa de este mundo. Juraba que esa sonrisa podría iluminar un camino entero.

Es él.

Es nuestro omega.

Escuchó a su alfa decir y no pudo estar más que de acuerdo con él.

*****

Había pasado exactamente una semana desde que había visto al omega desde la primera vez, y se aseguró encontrárselo en cualquier lado de la escuela los siguientes días.

Y él lo sabía. Tal vez encontrarse a su alfa revolcándose con otra omega en un salón de clases no era algo que debería hacerse en una primera impresión, pero se iba a asegurar que ese omega se fijara en él.

Y justo ahora se encontraba averiguando su nombre, porque había sido tan idiota de no preguntárselo las veces que se lo encontró por los pasillos por la pena que tenía de enfrentarlo después de tales circunstancias.

—Por favor, Minho, dime su nombre.—Rogó el alfa al omega mayor.—Sé que están juntos en clases de deportes.—

—Es que no entiendo.—Dijo suspirando.—Jamás te había visto tan interesado en alguien, ¿para qué quieres su nombre?—

Destinados || JeongjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora