DOCE

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Era domingo por la tarde, Hyunjin y Jeongin arreglándose en la casa del menor porque iban a hablar con sus padres. Y sí, eso incluía a Mina, Chaeyoung, Hyuna, Hyojong e incluso Dahyun.

Ya se sentían menos posesivos el uno con el otro entonces habían arreglado un encuentro con las dos familias, obviamente por el hecho de que estaban enlazados de por vida y convivir unos con los otros.

Mina le había traído cambios de ropa a Hyunjin el mismo viernes que recibió la noticia, dejando la pequeña maleta en la puerta de la entrada y después se iba para dejarles más privacidad.

El omega había hablado con sus madres por llamada, en algún momento de la primera llamada llorando con ellas por las palabras tan lindas que les habían dicho, diciendo que confiaban en sus desiciones, que no creería que fuera apresurado cuando ellos mismos son los que están en esa relación, sintiendo algo tan fuerte como para que el destino y la Diosa Luna haya querido unirlos. Mina y Chaeyoung confiaban en su hijo, sabiendo que era real las palabras de este al asegurarles que eran destinados.

—Así te ves hermoso, mi amor.—Dijo Jeongin por décima vez al ver a Hyunjin acomodarse su cabello por milésima vez.

—Hoy mi cabello no quiere cooperar.—Dijo haciendo un puchero.—Creo que necesito un corte.—

—¡No!—Dijo rápidamente el alfa.—Me encanta tu cabello largo.—Aseguró mientras lo abrazaba por la cintura y dejaba un pequeño beso sobre su nariz, teniendo que bajarse un poco al mayor ser unos centímetros más bajito.

—¿Qué harías si me lo llegara a cortar?—Hyunjin habló divertido mientras acomodaba unos mechones rebeldes que cubrían la frente del alfa.

—Probablemente lloraría.—Aseguró calmadamente, su corazón dando un vuelco en su interior al escuchar la hermosa y escandalosa risa que salió de los labios de su omega, sus ojitos achinándose mas de lo natural y pequeñas arrugas decorando los contornos de estos.

—De eso sí te creo capaz.—Respondió el rubio mientras calmaba su risa.

—¡Chicos, tenemos que irnos!—Escucharon el grito a lo lejos que había hecho Hyuna, notando enseguida que si no salían en menos de diez minutos probablemente llegarían tarde.

Se separaron y buscaron sus respectivos teléfonos y la pequeña maleta de Hyunjin para después bajar juntos las escaleras para salir de la casa del alfa. Cada quién iría en su propio auto y el omega yendo obviamente con Jeongin.

—¿Debería pintarme el cabello de rojo?—Hyunjin rompió el silencio mientras checaba su reflejo en un pequeño espejo que tenía en el auto del menor.

—Si tú te lo pintas de rojo yo me lo pinto de rubio.—Dijo Jeongin sin pensar, doblando en la esquina que los conduciría para el restaurante.

El omega lo miró rápidamente, soltando un pequeño gemido de sorpresa y bajando el espejo de su rostro.

—¿Lo harías en serio?—Preguntó ilusionado.

—Si tú crees que se me vería bien entonces sí.—

—¡Por supuesto!—Gritó.—Innie, se te vería hermoso. Vamos juntos la próxima semana, ¿te parece? Necesito hacer las reservas en el salón al que siempre voy.—Dijo rápidamente mientras tomaba su teléfono y buscaba el perfil de instagram de su estilista de confianza.

Ahora ya no estaba tan seguro de haberlo dicho tan a la ligera.

*****

Se bajaban del auto mientras veían por las vitrinas a las madres de Hyunjin ya dentro del lugar y sentadas en la mesa que reservaron, sintiendo después la presencia de Dahyun y sus padres al lado de ellos.

Destinados || JeongjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora