NUEVE

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Ahora estaban juntos en la casa de Jeongin, estaban haciendo tareas y el alfa le estaba explicando algunos ejercicios de física.

—No entiendo nada.—Dijo Hyunjin mientras dejaba caer su cabeza contra la mesa en un signo total de desesperación.

—Jinnie, ya te he explicado esto 6 veces.—Jeongin suspiró. Le encantaba pasar tiempo con su omega, de eso no había duda, pero su paciencia al explicar era casi que nula y estaba poniendo todo su esfuerzo en no desquitarse con el mayor.

—Pero no lo entiendo.—Reprochó Hyunjin mientras levantaba su cabeza para ver al alfa.—Te estoy poniendo de mal humor con mi idiotez.—

—Claro que no.—Mintió.

—Te conozco, Innie, te estás poniendo de mal humor.—Volvió a decir el omega mientras se sentía aún peor por el hecho de hacer pasar a su alfa por momentos tan hostigantes para él.

—Mejor dejemos esto hasta aquí, ¿sí?—Dijo para tratar de tranquilizarse y cerrar sus libros.—Voy por algo para comer.—Se levantó mientras salía de su habitación para dirigirse a la cocina.

Al bajar, vio a sus padres y a su hermana en la cocina hablando. Dahyun ahora estaba de vacaciones, se iba a quedar con ellos dos semanas para después regresar a su dormitorio al otro lado de la cuidad para ir a la universidad normalmente.

—Innie, te tocan los platos.—Dijo su mamá.

—Yo los lavé ayer.—Respondió mientras abría el refrigerador y respiraba profundamente. También odiaba lavar los platos.

—¿Y? Te tocan otra vez.—La omega habló más serio.

—Pero Dahyun no ha lavado los platos desde que llegó.—Los miró.—Es su turno.—

—Tu hermana está aquí de visita, no los va a lavar.—

El alfa menor soltó una risa seca.—Pero sigue siendo su casa. Ensucia un plato diferente cada que respira, que los lave ella.—

—Jeongin, no te estoy preguntando, te estoy diciendo que lo hagas.—El ambiente se empezó a colocar tenso. Su padre no se metía en la conversación porque sabía los temperamentos que tienen su esposa e hijo.

—No se le van a caer las manos si lo hace.—Jeongin era fácil de fastidiar, él no se iba a quedar con la boca callada cuando algo no le parecía justo.

—Cállate, Jeongin, mi mamá te está diciendo que lo hagas.—Se metió Dahyun. Ella tampoco quería lavar los platos y era mejor dejar a su hermanito para que lo haga y ella estar tranquila.

—¿Y por qué no lo haces tú?—Le habló a la beta.

—Porque no quiero.—Respondió descaradamente.

—Y si tú no quieres hacerlo, ¿qué te hace pensar que yo sí?—Lo que dijo su hermana lo hizo enojar un poco más de lo que ya estaba.

—A nadie le importa lo que tú quieras, renacuajo.—Burló Dahyun.

El alfa simplemente suspiró para no alterarse y empezar una gran discusión con su hermana.—A mí tampoco me importa lo que tú quieras, hazlo tú y déjame la vida en paz.—Dijo mientras se dirigía a las escaleras para subir a su habitación e ignoraba los llamados de su madre desde la cocina.

Al entrar a su cuarto, vio a Hyunjin todavía con todos sus libros afuera y tratando de resolver uno de los tantos ejercicios que tenía para practicar.

Solamente soltó un pesado suspiro y se sentó al lado del omega. Este, al notar su pesada presencia, lo miró y notó sus hombros tensos, su mandíbula apretada y su olor un poco amargo delatando su estado de ánimo.

Destinados || JeongjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora