⊹ะ𝄈ꦿ᜔⃔⬂Mientras tanto en la casa de los Sano. . .
Shinichiro estaba chillando, nuevamente fue rechazado por la chica que le gustaba. Tenía grandes esperanzas por qué el presentía que ella también lo amaba pero no, ahora es 21 veces que a sido rechazado.
Wakasa estaba con el consolandolo y decía pequeñas bromas para hacer reír al pelinegro de sus propias miseria pero la cagaba más.
—No entiendo porque las chicas que me gustan y que probablemente yo les guste me terminan rechazando.—Decía Shinichiro con llantos dramáticos, abrazaba a su amigo el peli blanco para que lo consolase y que le diera de mimitos para que se calmará
—Ni idea. . —Wakasa correspondió el abrazo y le daba pequeñas palmaditas en su espalda.
Hace dos días.
Un peli blanco estaba acorralando a una chica de cabellos negros, la chica estaba asustada y aterrada por la mirada que se cargaba el leopardo blanco.
—¡Escúchame bien! ¡Aléjate de mí hombre! ¡Admito que eres atractiva y por alguna razón mi hombre te hecho el ojo! Si veo que te le acercas juro que voy a hacerte la vida imposible, no será bonita, créeme. ¡¿Oíste?! ¡Mañana lo rechazas y bloqueas su número y jamás lo busques en tu vida! ¡Es mi amigo y mi hombre, no el tuyo! Consiguete a tu idiota debilucho.—Se separó de la chiquilla con una sonrisa, ella estaba más que asustada, sentía a Jesús en su boca. —¿Me entendiste o tendré que hacerlo por las malas?—
—¡S-si entendí, mañana lo rechazo y jamás volveré a hablar con el!—
Aquella chica se fue corriendo asustada, Wakasa estaba feliz de su éxito, otra chica fuera del juego.
Su amigo ahora tendrá que aguantarlo más.
